Una decisión importante. (2/2)
Fecha: 15/08/2019,
Categorías:
Sexo con Maduras
Autor: Fernando, Fuente: TodoRelatos
... del pedazo de polla que la iba a follar.
Las comparaciones son odiosas, pero la manera de follar de Elisa eclipsó totalmente a su hija en todos los sentidos. Dulce, cariñosa, apasionada, salvaje, sumisa, dominante…era una gata salvaje deseosa de dar y recibir placer y ese sábado me lo demostró con creces.
Esto ya no había quien lo parase. Estábamos hechos el uno para el otro, pero el miedo de Elisa estaba ahí y no dejaba de pensar en ello, así que, ante malas situaciones, grandes remedios. Entre descanso y descanso, teniendo a Elisa pegada a mi cuerpo, abrazándome y dejándome sentir su cuerpo y su cariño, pensaba en la manera de deshacerme de Vanesa y creo que encontré la solución:
—Elisa cariño, ¿qué estarías dispuesta a hacer por seguir juntos? —Le pregunté.
—Lo que fuese mi amor, te amo tanto que no quiero separarme de tu lado. —Ronroneó pegándose aún más a mí.
—¿Quieres venirte a vivir a mi casa? —Le pregunté.
Elisa me miró muy seria, evaluando si lo que había preguntado es lo que había oído:
—¿Me…me estas pidiendo que vivamos juntos en tu casa? —Preguntó Elisa.
—Eso mismo mi amor. ¿Te gusta la idea?
—Dios, me encanta, pero…¿Y Vanesa?
—Eso vamos a solucionarlo ahora mismo. —Respondí resuelto.
Tomé mi teléfono móvil y marqué el número de Vanesa. Elisa me miró con curiosidad sin entender lo que iba a hacer y lo preguntó:
—¿A quién llamas?
—A Vanesa. Quiero que venga a nuestra casa y nos vea juntos, que sepa que somos pareja y que ella no podrá meter sus narices en nuestra relación, y como yo ya pase por sus brazos, no hay peligro de que me seduzca, más que nada porque ella no va a vivir con nosotros, ella vivirá sola en la que fue tu casa.
A Elisa, no le hizo ninguna gracia la idea que había tenido, pero era lo mejor, que se enterase de una vez por todas que conmigo no tendría nada que hacer, y sus posibilidades de volver a joder a su madre eran muy escasas por no decir que nulas.
El encuentro no fue agradable, pero contaba con eso. Vanesa entro en cólera cuando vio a su madre solo cubierta por una leve camiseta y unas braguitas. Se insultaron, se llamaron de todo y Vanesa en su prepotencia lo aseguró:
—Que te quede claro mamá, que Marco es mi hombre y tú no me lo vas a quitar. Tú no tienes mi juventud, acéptalo. —Amenazó Vanesa.
—Y tú acepta que tú y yo ya no somos ni seremos nada. Acéptalo, cuanto antes lo hagas, antes podrás elegir a nuevas víctimas. Y ahora fuera de mi casa, solo queríamos que lo vieses con tus propios ojos. Según salgas por la puerta, vamos a volver a la cama. —Respondí de forma fría y cortante.
Vanesa se fue jurando que nos íbamos a enterar, que esto no quedaría así. Durante un mes más o menos su insistencia fue enfermiza, hasta que algo cambió, y de la noche a la mañana, Vanesa, la mayor zorra que había conocido, dejó de intentar inmiscuirse en nuestras vidas.
Elisa y yo empezamos una vida juntos que fue increíble, ella era increíble. Fue una decisión complicada y ...