1. Una decisión importante. (2/2)


    Fecha: 15/08/2019, Categorías: Sexo con Maduras Autor: Fernando, Fuente: TodoRelatos

    ... desazón angustiosa. Aunque en mi cabeza sabía que eso pasaría, que Vanesa me seria infiel debido al comportamiento de los últimos meses, mi corazón no lo aceptaba e intentaba cerrar la herida que esa niña me había causado.
    
    Cuando llegué a mi casa, ¡¡SORPRESA!!, Vanesa me esperaba pacientemente en mi portal y sinceramente, no me apetecía en absoluto hablar con ella, pero me había visto y venía hacia mí con paso firme, seria, pero decidida. Cuando llegó a mi altura, quiso abrazarme y besarme, pero la rechacé violentamente:
    
    —Marco, tienes que escucharme, yo solo te amo a ti, de veras. —Decía Vanesa empezando a llorar.
    
    —Mira niñata, voy a ser muy claro contigo. Ya no me interesas, eres una vulgar puta que folla con todos y lo que tengo claro es que no quiero una mujer así a mi lado. Hay más mujeres en el mundo, mucho mejores y más guapas que tú, así que solo te lo voy a decir una vez y espero que lo entiendas, déjame en paz, olvídate de mí y folla con quien te dé la gana, no me llames, no me busques y haz tu vida. Si no lo haces te denuncio y exigiré una orden de alejamiento…¡¡¿ME HAS ENTENDIDO…ZORRA?!!
    
    No, Vanesa no lo quiso entender, juró y perjuró que volvería a conquistarme, que yo era su hombre y que estaba profunda y totalmente enamorada de mí. Su madre tenía razón, era como un perro de presa que no quería soltar lo que tenía en su boca.
    
    Elisa, mi buena Elisa. Era innegable la atracción que sentíamos el uno por el otro. Al día siguiente domingo, se presentó en mi casa y pasamos el día juntos. Ya no ocultábamos lo que sentíamos, íbamos de la mano o agarrados de la cintura, fuimos al cine, luego a cenar y cuando la dejé en su casa nos besamos con cariño, pero el miedo se reflejaba en su mirada, sabía lo que estaba pensando.
    
    Los días dejaron paso a las semanas y las semanas a los meses. Vanesa no cejaba en su empeño por volver conmigo y Elisa y yo cada día estábamos más unidos y enamorados. Todavía no habíamos intimado, aunque los dos lo deseábamos, sobre todo yo. Mis manos ya habían recorrido su cuerpo, amasado sus tetas, acariciado su coñito y sobado su soberbio culo, pero por encima de la ropa, Elisa temía que su hija se interpusiera entre nosotros y yo terminase cayendo en sus redes de nuevo.
    
    Empezaba a cansarme de esta situación y Elisa se daba cuenta de ello. Un sábado por la mañana, acababa de salir de la ducha, cuando el timbre de mi casa empezó a sonar insistentemente:
    
    —Ya voy…YA VOOOY…—Respondí elevando mi voz.
    
    Cuando abrí la puerta, Elisa estaba delante, seria, tan seria que pensé que habría ocurrido algo grave:
    
    —Elisa, cielo, ¿qué ocurre? —Pregunté asustado.
    
    Elisa paso dentro y cerró la puerta tras de sí y se abrazó con fuerza a mi mientras buscaba mis labios y me besaba con lujuria:
    
    —Ya no aguanto más mi amor. Te necesito dentro de mí, quiero que me folles, mis miedos no pueden parar esto. —Gimió excitada Elisa.
    
    Admiré el cuerpo de Elisa sin ropa, era simplemente espectacular y ella se asombró ...