Una decisión importante. (2/2) - Relatos Eróticos

Una decisión importante. (2/2)

... había demostrado. Desde luego nunca se conoce a las personas, y Vanesa había demostrado que era una psicópata de manual, mentirosa y manipuladora. En su corta vida había follado desde muy tierna edad y no fue su novio quien la desvirgó, fue su padre, y seguro que su culo ya habría sido follado infinidad de veces. Vanesa esa una golfa, una puta descerebrada, y que gracias a su madre, yo había descubierto a tiempo.

Estando con Elisa entro una llamada a su móvil de Vanesa y Elisa no dudó en poner el manos libres para que yo lo oyese:

—Mamá, ¿qué hace tu maleta en la entrada? ¿No estabas de fin de semana?

—Si, pero hubo un contratiempo y se suspendió. Luego fui a casa y bueno, vi que estabas ocupada y me fui. —Explicó Elisa.

—Espero que no te haya molestado. —Contestó Vanesa con desidia.

—Bueno, a mí no mucho, sabes que lo que hagas o dejes de hacer, no me preocupa, pero me encontré a Marco en el portal y le invité a subir. El sí que vio lo que hacías y te aseguro que no le ha gustado lo que ha visto y lo que ha oído.

—¡¡¡¿COMOOOO?!!! ¡¡¡JODEEER MAMAAAA!!! —Gritó Vanesa al otro lado terminando la llamada

A los pocos segundos entró una llamada en mi móvil que no quise aceptar. Era Vanesa que llamaba, no sé muy bien para qué. Ahora sí que sí, esa estúpida relación, para mí, ya había terminado, pero su madre quiso que contestase y a regañadientes la acepté:

—¿Qué coño quieres Vanesa? —Respondí con aspereza.

—Cariño, no sé lo que has visto, pero te aseguro que no es lo que parece, yo solo te quiero a ti.

—No te equivoques Vanesa tu no quieres a nadie que no seas tú misma. He visto y oído lo que deseabas y te aseguro que yo no quiero saber nada mas de ti. Lo poco que tengas en mi casa lo meteré en una bolsa y ya se lo daré a tu madre para que te lo haga llegar, pero que te quede claro que, para mí, estás muerta, eres una golfa, no te quiero ni ver.

—MARCO…MARCOOOO… —Oí que gritaba Vanesa al otro lado, pero terminé la llamada.

—¿Sabes que va a ocurrir a partir de ahora, no? —Preguntó Elisa.

—No, no lo sé, ¿qué va a ocurrir?

—Vanesa es como un perro de presa. No suelta su trofeo sin luchar. Va a ir a por ti, acosarte e intentar seducirte de nuevo. Tenlo en cuenta porque solo espero que no se salga con la suya y te mantengas fuerte.

Elisa se mostró comprensiva y muy cariñosa conmigo. Creo que entendía por el mal trago que estaba pasando e intentó que fuera lo más llevadero posible. Pasó toda la tarde conmigo y parte de la noche, y no lo niego, a cada minuto que pasaba me sentía más y más atraído por Elisa que intentaba por todos los medios que no me derrumbase por la promiscuidad de su hija.

Aunque me hubiese gustado pasar la noche con ella, no me quedo más remedio que llevarla a su casa, donde seguramente la esperaría Vanesa para armarla una bronca al haberme subido a su casa.

Según la dejé e inicié la marcha las imágenes que había visto de Vanesa se reproducían en mi cabeza en bucle, produciéndome una ...