1. Las refugiadas 3 - La fuga de Nuria


    Fecha: 14/08/2019, Categorías: Dominación / BDSM Autor: JBWriter, Fuente: TodoRelatos

    ... salía de los cortes, aunque todos estaban grapados. Pero la propia sangre hizo de lubricante. Cuando iba a empezar a poner gasas Nuria le hizo un gesto para que esperase. Tomó el lector de chips y lo pasó por su sexo. Pitó y dio un numero extraño. María palpó los labios y encontró una dureza entre dos de los antiguos huecos de los piercings del labio izquierdo. Apretando con los alicates hacia fuera para que se viese la dureza cortó sobre ella. Una pequeña capsula de tres milímetros de grosor y doce de largo apareció. La metió en la caja y juntó los extremos del corte sujetándolos con dos grapas. Luego lo volvió a desinfectar y cubrió con las gasas. Puso esparadrapo desde el ano hasta el pubis. He hizo un braguero con más esparadrapo por las nalgas hasta llegar a la tira del pubis.
    
    —Ahora los de la cara. Pero aquí en lugar de grapas, usaras los puntos adhesivos, en las cejas y el cianocrilato en los labios.
    
    Empezó por los dos de las cejas. Después de estirar y cortar tuvo que hacer varios intentos para pegar los puntos, ya que con las cejas no pegaban bien. Luego le quitó los tres del labio superior y los tres del labio inferior. Aquí acabó con el cianocrilato.
    
    Solo le quedaba el septum y empezó a estirar sin éxito.
    
    —No —dijo Nuria—. Córtame el cartílago con los alicates de cortar alambre. Luego pones unas cuantas gasas para tapar la hemorragia.
    
    Nuria se metió todo lo que pudo el mordedor de perro en la boca y apretó. María tomó los alicates y las apoyó sobre el cartílago. Apretó. No pudo cortarlo. Tuvieron que hacerlo entre ambas. Rellenó con vendas y esparadrapo obligándola a respirar por la boca.
    
    Siguiendo instrucciones de Nuria pasó el lector de chip por todo el cuerpo, salvo en la entrepierna, que ya lo habían hecho antes. Detectó nuevas protuberancias en la parte alta de la nalga izquierda, en el omoplato derecho y en la muñeca derecha. En los tres realizó un corte para extraerlas obteniendo tres nuevas capsulas como las de los labios mayores. Juntó los extremos de los cortes y los sujetó mediante tres grapas cada uno excepto en la muñeca que el riesgo de clavar una en las venas era muy alto. Ahí aplicó dos puntos adhesivos. Salió al chino y volvió mientras Nuria apretaba las vendas y sentía manar la sangre. Regresó con dos tubos de cianocrilato y vertió uno en la muñeca antes de rodear la extremidad con una venda y sujetarla con esparadrapo.
    
    Nuria se levantó. Apenas podía andar con el dolor de todas las heridas. María tuvo que ayudarla a ceñirse la minifalda y ponerle los zapatos de alto tacón.
    
    —No puedo casi andar. No llegaré a tiempo. Tendrás que llevarme en el coche, pero sin correr. Que parezca que voy trotando por la acera como los otros días.
    
    —Pues ale… vamos.
    
    —No. Aún no. Queda un último. Después no podré hablar.
    
    —¿Por qué?
    
    —Tendrás que ponerme vendas en toda la lengua, al menos por un rato. —Sacó la lengua mostrando dos barras, una a medio centímetro de la punta y otra a casi dos—. Esas también ...
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