Una más en el cuerpo
Fecha: 14/08/2019,
Categorías:
Sexo en Grupo
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... está pasando ahora mismo por su cabeza!
- Muchas gracias Martín - le contesto. - eres muy amable.
- Bueno, guapa, nos vemos por aquí y bienvenida.
Martin se gira y mete algo en el horno, por lo que aprovecho para echarle un buen repaso a su culo y vuelvo a servirme otro vaso de agua para intentar bajar los calores que me está provocando tener a estos bomberos delante, que hasta por un momento se me olvida que son mis compañeros, ¿les pasará a ellos lo mismo conmigo?
- Hola Tania, te estaba buscando – dice el capitán entrando en la cocina.
- Dime Alfredo.
- Bájate al patio y coméntale a Guille que te enseñe las técnicas de la manguera. Está en el camión 8.
- Vale jefe. - digo y me lanzo por la barra vertical que conduce al patio, como había hecho en los entrenamientos.
Paso por delante de los camiones y veo que están tres de mis compañeros que había visto al principio y que también han provocado que me quemara por dentro. Al pasar junto a ellos, se callan y cuando paso de largo siguen hablando y haciendo bromas entre ellos. Sin duda que va a ser difícil que no me miren como a una tía joven y que está buena, no lo digo por presumir, pero es que yo a ellos tampoco voy a poder evitar mirarlos como lo que son: tíos buenos.
Llego al patio y me encuentro con el camión 8, que tiene desplegadas todas las mangueras por el suelo y manejando una de ellas, está un chico delgado y pelirrojo.
- Hola, tú debes ser Guille. - digo.
- Y tú Tania. - responde con cierta timidez, con una bonita sonrisa al tiempo que nos damos dos besos.
- Me dijo Alfredo...
- Sí, que te enseñara a manejar la manguera. - termina la frase él algo colorado.
Al decir eso todo un calor sube por mi cuerpo, aunque creo que se refiere a la manguera real, la de apagar incendios, uf.
- Eres muy joven, ¿no? - le pregunto.
- Sí, acabo de cumplir 19.
Guille, me indica como se engancha un extremo en el camión, como hay que desenrollarla por entero y como se abre la llave de paso. Me dice que agarre la manguera con las dos manos, firmemente, abra las piernas y espere a que llegue el golpe de agua. Así ocurre, en cuanto abro la llave, el agua a presión, sale con mucha fuerza que casi me tira para atrás, pero Guille me sostiene por la cintura y se pega totalmente a mí por detrás.
- Esta manguera tira mucho. - me dice y puedo notar un bulto considerable en su pantalón, ubicado en el centro de mis posaderas.
- Ya veo, ya. - respondo mientras mi espalda se pega a su pecho y entre ambos dirigimos el chorro enérgico de esa manguera, aprendiendo a manejarla con su ayuda.
- Es que esto se hace mejor entre dos. - me dice pegando su cara a la mía, totalmente unido a mi cuerpo.
En ese preciso momento suena una alarma estridente por todo el edificio y Guille apaga de inmediato la manguera, separándose de mí y aún tengo tiempo de ver ese bulto que ha estado clavado en mi culo. Ya no sé si realmente teníamos que estar así de pegados pero lo cierto es ...