1. La Libertad III_15: día 07_amigas


    Fecha: 30/06/2023, Categorías: Lesbianas Autor: laualma, Fuente: TodoRelatos

    ... cosas...
    
    Resollando, mi amada y yo recuperamos la respiración en la cama empapada en sudor y, cuando fuimos capaces de hablar, por fin, sin tocarnos, ni besarnos, acordamos entrar juntas en el baño de la habitación de invitados.
    
    - De acuerdo, como tí digas, haremos una tregua... nada de sexo por un rato ¡pero luego no te arrepientas! jijiji.
    
    - Jajajaja, pero morena, si estás tú peor que yo, como no descanses te va a dar algo, anda.
    
    Y, efectivamente, poco más hubo que contar al respecto de lo ocurrido en aquella habitación. Cuando acabamos, Nuria se mostró preocupada, ya que estábamos sin ropa, ya que únicamente teníamos para las dos sus muy mojadas braguitas semi tanga, claramente insuficientes para dos mujeres con cuerpos jóvenes y visiblemente excitados como nosotras.
    
    - Pues mira que les he dicho veinte veces a este par de salidos que se pajeasen a gusto hasta hartarse para que saliesen relajaditos, pero eso sí, vestidos, como para salir las dos ahora en bolas y descojonadas...
    
    - Altamente contraproducente, Laurita, ¡¡jajaja!!
    
    - Jijiji. Sí. Anda, déjame tus braguitas.
    
    - ¿Mis bragas?
    
    - Sí, por lo menos para tener algo para no ir en bolas, y te traigo ropa de la habitación.
    
    - Pero tía, están empapadas… de mí, así por decirlo fino.
    
    - No va eso a ser un problema ahora, ni tampoco una novedad ¿verdad, mi amor? Que tú y yo estamos llamadas a compartir mucho más que unos pegotes de flujo, cariño, jijiji.
    
    Aquellos comentarios sobre compartir nuestras intimidades a ese nivel deshacían a Nurita. La verdad es que su tanga estaba, literalmente, empapado. Noté al ponérmelo que una costra pegajosa, gruesa y blanda se me pegaba a los labios del chocho. Normal, Nuria llevaba toda la tarde calentándose allí dentro. La parte de atrás, estrechita y húmeda, se me metió enseguida entre las nalgas, incrustándoseme en la raja. Notaba los glúteos rebosando abiertamente por los lados de las braguitas, se me debía de estar viendo absolutamente todo, sin contar que las transparencias de las tiras delanteras, que en Nuria se veían como algo sutil, elegante, en mi conejo peludo se revelaban escandalosas. Aquello no podía gustarme más, la escandalizaba a ella, la primera, y además volvía a llevar una prenda íntima suya... ¡nunca había que bajar el listón!
    
    Salí sin dejarle hablar más, y me dirigí directa al jardín, atravesando el salón. Dentro, en la sala vi a Pablo zapear en la tele, mientras María recogía cacharros del lavaplatos en la cocina. Una escena doméstica muy normal, descontando que estaban en ropa interior, pero desde el jardín aquello no se apreciaba tan claramente. De hecho, empezaba a anochecer ya. Por fin.
    
    Recogí en el jardín el taguita minúsculo y naraja de Nurita que yo había llevado hasta que me lo quité cuando el masaje de mi primo se adentró por fin en las intimidades más profundas de mi sexo. Estaba totalmente enrollado y hecho un guiñapo, con restos de todo tipo por todas partes. También recuperé el slip que ...
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