1. Caso sin titular XLVI: la doble violación.


    Fecha: 11/08/2019, Categorías: No Consentido Autor: AcechadorLD, Fuente: TodoRelatos

    ... resistencia de sus agitados músculos vaginales y de todo su abdomen en general, incluso de cómo sus muslos se tensaron y cerraron en torno al maduro, y empujó más y más duramente, perforando con su enfurecida verga más y más, hincándola como si no hubiera nada más importante en el mundo, empujando más y más, una y otra y otra vez, acompasando sus embestidas a los chillidos de la abusada joven, que no lograba controlar las oleadas que la sacudían junto a los fuertes empujones de esa barra de hinchada carne que la partía en dos con cada movimiento, entrando y saliendo, saliendo y entrando, una y otra y otra vez, más y más fuerte, lanzándose con más violencia, más y más profundamente con ese exceso de humedad que brotaba del interior de la presa de ese maduro.
    
    El ambiente se llenó del intenso olor al sexo de Laura, que notaba cómo, con cada empujón, con cada salida de esa polla endurecida, una parte del flujo de su orgasmo salía, mojando su coño por fuera, resbalando por su culo y salpicando gotículas por todas partes cuando esa misma barra de gruesa carne volvía a penetrarla con fuerza, destrozándola, empujando con toda la energía que podía acumular el maduro para internarse bien a fondo de la chica, hundiéndose en su interior hasta desaparecer, hasta que sus colgantes huevos chocaban contra el exterior del coño de la veinteañera y, ahora, además, se iban empapando en ese flujo orgásmico que manaba de ella sin poder evitarlo por el propio movimiento de entrar y salir, salir y entrar, de esa caliente e inflamada polla, que seguía empujando más y más, una y otra y otra vez, clavándose más y más, una y otra y otra vez...
    
    Estalló de nuevo.
    
    Mordiéndose el labio, luchó contra los gemidos que manaban de su garganta, llorando porque sabía que, aunque ella no quisiera, aunque no lo desease, aunque su mente luchase contra ello, contra su violador, su cuerpo había claudicado, se había sometido ante la presión de esa excitación forzada, de cómo manejaba su clítoris y del cúmulo de sensaciones y presión que tenía que soportar en esa humillante situación.
    
    Su segundo orgasmo atrapó por un momento la endurecida virilidad de su violador, deteniéndola, casi como si su cuerpo, la combinación de la musculatura de su vagina, la fuerte presión de sus muslos y la forma de encogerse de su abdomen, hubieran agarrado a esa furiosa y gruesa polla hasta el punto de que llegó a imaginarse partiéndola, vengándose del abuso al que la estaba sometiendo y ganándole en eso.
    
    Fue una ilusión.
    
    Apenas un segundo.
    
    Luego, él empujó, más y más, forzando, empujando más y más hasta quebrar su resistencia, y la clavó con ganas, hasta el fondo, con muchas ganas, mientras toda esa barra de carne temblaba, disfrutando con la forma en que el sexo de la joven se agarraba alrededor de todo ese tronco fálico y, cuando se apretó contra el útero de Laura, comenzó a hincharse como si fuera un palpitante globo para, de golpe, comenzar a manar chorro tras chorro de caliente y espeso ...