1. Terminé follando con mi madre luego de unas copas (Parte I)


    Fecha: 10/08/2019, Categorías: Incesto Autor: Donni, Fuente: CuentoRelatos

    ... a casa de Julieth a salvo, colgué la llamada.
    
    -mamá, llamó papá, dice que no podrá… –volteé diciéndole a mi madre, pero no estaba.
    
    El sofá se encontraba vacío y sobre él, de manera desordenada, la manta, la blusa y la falda de mi madre. La ropa estaba sucia, al parecer estaba tan ebria que se había vomitado encima.
    
    ¡Pero qué carajos!, pensé. Tomé la ropa de mi madre y comencé a buscarla por todas las habitaciones de la casa.
    
    -¡Mamá! ¿Dónde estás?... –decía mientras abría cada puerta hasta que la encontré en su habitación.
    
    Las luces estaban apagadas, solamente la luz del pasillo iluminaba la habitación al abrir la puerta para entrar. Estaba tumbada en su cama, tratando de arroparse torpemente con las sabanas mientras balbuceaba quien sabe qué.
    
    -Mamá, ¿estás bien, te sientes mal?
    
    -No… tranquilo… estoy… estoy bien, ya se me… ya… ya se me pasará. –decía mientras arrullaba su almohada, ensuciándola.
    
    -¡Oh mamá!, mírate, estás ensuciando todo, no puedes dormirte así, hay que limpiarte, ven. –la levanté delicadamente. Las sabanas se deslizaron suavemente abandonando su excitante figura.
    
    ¡Carajo! Mi madre estaba buenísima, llevaba un sostén de encaje que apretaba sus enormes pechos. Un calzón de tipo bikini cubría su pubis y sus glúteos. Su piel era tan suave y tan cálida. Me deleité viendo su sensual figura por unos minutos luego de encender la luz. Inevitablemente una erección comenzó a levantar mi pantalón.
    
    -Vamos mamá, te llevaré a la regadera para que te limpies.
    
    Me senté a su lado colocando su brazo sobre mis hombros y sujetando su cintura para levantarla, la puse de pie. Avanzamos tres pasos y mi madre se derrumbó impotente al suelo. No podía ni mantenerse en pie.
    
    En mi esfuerzo por no dejarla caer la tomé rápidamente por enfrente abrazando su cintura tratando de levantarla pero se me resbalaba, la sujeté de su ropa interior impulsándola hacia arriba. Ese tirón provocó que su calzón se introdujera entre sus voluminosos glúteos hasta quedar como una tanga. Tuve que sujetarla de la cadera. Mis manos apretaron fuertemente esos glúteos. Sus brazos me abrazaron por encima de los hombros. Y cual si fuese un infante alzó sus piernas abriéndolas y abrazando mi cintura para que la cargase.
    
    Podía sentir la suavidad de su vulva restregándose sobre mi abdomen a cada paso. Su vulva estaba ardiendo. Apretujaba sus pechos en mi tórax aferrándose a mí. Aproveché para acariciar sus excitantes glúteos y recorrer suavemente sus piernas mientras me encaminaba hasta la regadera. Mi madre continuaba con los ojos cerrados, somnolienta casi inconsciente de sus actos.
    
    La senté en la bañera, ella se reclinó hacia atrás de manera relajada apoyando su cabeza en el borde mientras mantenía sus ojos cerrados. Comencé a mojar el cuerpo de mi madre con el agua tibia de la manguerilla.
    
    -Oh! Si! Que delicia, el agua está perfecta –decía mamá, mientras yo empapaba su delicada piel y la acariciaba suavemente para limpiarla.
    
    Estaba muy ...
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