1. Historias del complejo turístico (40)


    Fecha: 10/08/2019, Categorías: Infidelidad Autor: jejen, Fuente: TodoRelatos

    ... estuvimos conversando bastante, mientras nos tomábamos unos mates, me contó cómo le había ido, y después de un rato, la muy zorra vieja, me preguntó si Ana aún seguía con el marido, y cuando le dije que sí, la desgraciada me dijo que siguiera teniendo paciencia.
    
    Cómo quiero a esa vieja! En tantas cosas me hace acordar a mamá…
    
    La noche antes de irme para Avellaneda, preparé la mochila con algo de ropa y mis cosas personales, no llevaría muchas cosas, ya que en casa tengo un montón de ropa, aunque ya veré en qué condiciones.
    
    Me iría en la moto, quería vivir esa experiencia de hacer un largo trayecto en la ruta, aunque no quería viajar de noche, me iría temprano en la mañana para llegar quizás después del mediodía.
    
    Justamente era un martes y antes de irme, cuando estaba saludando a Gervasio, mi reemplazante, apareció Ana saliendo del ascensor.
    
    La moto ya estaba en la vereda, nos saludamos y salimos los dos del edificio.
    
    -ANA: Hola Juanse! Ya te vas para Avellaneda?
    
    -JUAN: Así es!
    
    Su carita como de pena o tristeza, me partió al medio, ¿Qué si la iba a extrañar? Claro que sí! Pero las cosas están dadas así!
    
    -JUAN: ¿Vas para el hospital?
    
    -ANA: Sí, hoy toca guardia!
    
    -JUAN: ¿Querés que te alcance?
    
    Y esa hermosa sonrisa, se volvió a instalar en su cara.
    
    -ANA: ¿Sí?
    
    -JUAN: Dale! Subí!
    
    Le di el casco y se lo puso, ya había aprendido a ajustarlo ella sola.
    
    Arranqué, y como las otras veces, me abrazó desde atrás.
    
    Diez minutos después, llegamos al hospital, paré unos metros antes de la entrada, y al bajar de la moto, me entregó el casco.
    
    -ANA: ¿Vas a volver?
    
    -JUAN: En verdad, no lo sé!
    
    -ANA: Si no volvés, ¿me vas a avisar?
    
    -JUAN: Por supuesto! Pero ya te digo, no tengo nada en claro! No sé con qué me voy a encontrar, ni como me voy a sentir.
    
    -ANA: ¿Me prometés que vas a tener cuidado en la ruta? No vayas muy rápido!
    
    -JUAN: Prometido!
    
    -ANA: Bueno Juanse, me voy para adentro que ya es mi hora de entrada!
    
    -JUAN: Chau Ana!
    
    -ANA: Chau Juanse! Buen viaje!
    
    -JUAN: Gracias Ana! Qué sigas bien!
    
    Me dio un abrazo y un beso en la mejilla, antes de que me pusiera el casco.
    
    Con el casco puesto, la volví a mirar, y con carita de pena, me dijo algo que no creía que iba a escuchar de su boca!
    
    -ANA: Cuidate Juanse! Te voy a extrañar!
    
    Y como si alguien más hablara por mí, como si esas dos palabras salieran por sí mismas desde mi interior, me salió decirle:
    
    -JUANSE: Yo más!
    
    Un último saludo con la mano, y arranqué camino a avenida Juan B. Justo, para salir a la ruta dos.
    
    En verdad no sabía que me pasaría al volver a entrar en casa, el dolor que me provocara Marisa hace tiempo, ya era parte del pasado, y el estar frente a frente con tantos recuerdos, sin dudas me movilizaría cosas dentro de mí, de las cuales que no estaba muy seguro.
    
    Por suerte la ruta dos no tenía mucho tránsito, paré en todas las estaciones de servicio, y volví a llenar el tanque de nafta, por las dudas no me ...
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