1. Fantasía materna


    Fecha: 10/08/2019, Categorías: Control Mental, Autor: Charlie Steele, Fuente: TodoRelatos

    En la sala de ese lujoso departamento, la tensión podía sentirse entre las únicas dos personas que se encontraban sentadas. Ambas universitarias, Mei era una chica de rasgos asiáticos pese a ser ella morena, de un largo, liso y brillante cabello negro, de pequeñas tetas pero de anchas caderas y buenas nalgas. A su lado estaba su mejor amiga, Melisa, una chica rubia y blanca de cabello largo y ondulado, de tetas más grandes que su amiga, pero su cadera era más bien menudita al igual que ella.
    
    Ya no soportando más la incertidumbre, Mei soltó un suspiro y luego dijo:
    
    —Creo que esto es una muy mala idea.
    
    Melisa miró a su amiga, la tomó de la mano y le dijo:
    
    —Hay que intentarlo, no tenemos nada que perder y si no funciona, siempre podemos hacernos las locas.
    
    —¡Pero de seguro ella sabe más de estas cosas que nosotras! —replicó Mei.
    
    Melisa le apretó la mano con más fuerza y dijo:
    
    —Confía en mí, tengo un buen presentimiento de que esto va a funcionar.
    
    Mei volvió a soltar un suspiro de exasperación y dejó caer la cabeza en el respaldo del sillón.
    
    Desde que podía recordar, Melisa siempre había sido su mejor amiga, pero al llegar ella a la pubertad, empezó a tener sentimientos del tipo sexual por la madre de su amiga, la doctora Carol Dawson. Cargó por muchos años con ese sentimiento hasta que por azares de la vida, Melisa lo descubrió y le hizo una sorprendente revelación: ella también tenía esa clase de sentimientos por su madre.
    
    Eso las unió todavía más incluso en algunas travesuras, como revisar el viejo álbum de fotografías de la mujer para ver sus fotos en traje de baño o incluso meterse a la habitación de la mujer para esculcar el cajón de su ropa interior.
    
    Sin embargo, en ese último semestre en la universidad habían empezado a ver “algo” con lo que Melisa estaba muy confiada en llevar su poca sana afición a un nuevo nivel.
    
    Algo se escuchó que sacó a Mei de sus pensamientos: el sonido de la puerta principal del departamento abriéndose.
    
    Ambas amigas se giraron y vieron entrar por esta a la madre de Melisa y protagonista de casi todas sus fantasías sexuales desde que las hormonas empezaron a hacer de las suyas en sus cuerpos: la doctora Carol Dawson, una mujer que fácilmente podía ser una versión MILF de su hija, con el cabello rubio corto, el rostro lleno de maquillaje para ocultar algunas imperfecciones causadas por la edad y un cuerpo muy suculento gracias a años de asistir al gimnasio enfundado en un elegante traje de color rojo y unas largas y finas piernas envueltas en unas pantimedias negras que se balanceaban sobre unos brillantes zapatos negros de tacón.
    
    Carol dejó su bolso en una mesa junto a la entrada y miró a la sala, topándose con la mirada tanto de su hija como de la amiga de esta, sonrió y dijo:
    
    —Oh, chicas, buenas noches. ¿Me estaban esperando?
    
    —Buenas noches señora Dawson —saludó Mei.
    
    —Algo así —dijo mientras tanto Melisa—. ¿Cómo te fue en el congreso?
    
    Ante la pregunta, Carol se ...
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