1. En el aniversario de la empresa


    Fecha: 09/08/2019, Categorías: Gays Autor: janpaul, Fuente: CuentoRelatos

    ... estado pensando durante mucho tiempo. Esto se había convertido en un propósito personal para una nueva etapa en mi vida. Todo era como si Roberto supiera que yo soy gay, pero ¿cómo puede saberlo? ¿acaso se lo he demostrado involuntariamente por algún inopinado gesto mío?» Me preguntaba estas y otras cosas similares para desear descubrir si es que sabía algo o era simplemente por los tragos de licor que quizá había tomado y le había afectado tanto a Roberto.
    
    Pero me sorprendí en ese momento que mientras pensaba todas esas cosas, no aparté mi mano de abrazar con mis dedos y la palma de mi mano la sedosa polla de Roberto, sino que le acariciaba incluso el escroto. Roberto me sonreía muy encantador y reaccionaba cuando yo apretaba y sentía que el sexo estimulaba mis hormonas.
    
    Algo estaba pasando y yo estaba disfrutando de ese contacto. Me sentí extrañamente a gusto y el suave sonido de sus gemidos finalmente me excitó. Resolví probar diferentes sensaciones moviendo mis dedos alrededor de su polla y debajo en su escroto. Aquello fue relajante y encantador, especialmente porque le estaba dando tanta alegría a Roberto como a mí un nuevo placer.
    
    — No pares, es precioso, ábreme la bragueta y saca mi paquete, ¿verdad, Nacho, que es precioso?
    
    Está al pie de las escaleras, de frente a mí todavía, pero con un pie colocado en el siguiente escalón, como quien se va, creando un verdadero espacio entre sus muslos que me atrajo mucho más porque pude variar mi forma de tocarlo.
    
    Lo disfruté por un tiempo, sintiéndolo y apretándolo así entre sus piernas y sobre sus pantalones. Estaba un poco inseguro acerca de aceptar su invitación para abrir sus pantalones y sacarlo afuera. Entonces subí dos escalones, lo que me permitía alargar la mano sin sacarla de dentro de su pantalón. Él subió dos más y así hasta que llegamos a la calle. Me dijo:
    
    — Mi casa está ahí mismo, al lado, a 3 minutos, no necesitamos taxi, no saques tu mano y sigue acariciando mis huevos que no transita nadie.
    
    Y seguimos así hasta su casa.
    
    Una nueva sensación: meter mano en el paquete de uno en plena calle. Pero me asaltaban por momentos la duda y sobre todo cuando estaba abriendo el portal para que entráramos los dos. Pensaba: «¿Qué pasaría si sólo fuera la bebida lo que le causara estar así, lo embarazoso que sería si todo fuera una especie de broma y yo cayera en la trampa? Sería una broma horrible para justificar después, porque algunos de nuestra oficina tienen un extraño sentido del humor.
    
    Antes de entrar decidí preguntarle sin rodeos si estaba al tanto de lo que estaba pasando y si sería mejor que me fuera ahora mismo, porque hacemos muchas cosas bajo la influencia del alcohol de las que nos avergonzaríamos cuando se nos pase el efecto de las copas de más.
    
    Me agarró del brazo y me llevó al ascensor, diciendo:
    
    — Nacho, no estoy tan mareado como para no saber lo que me excita y he tenido un sentimiento por ti que me dice que te gusta lo que estás haciendo y que te ...
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