Sometiendo a mi suegra 7 - Relatos Eróticos

Sometiendo a mi suegra 7

... culo, pero se quedó dormida con su coñito aun soltando su rico jugo. Acerque una manta y nos tapemos, mientras buscaba coger el sueño con mi polla empalmada en su barriga de acero.

Me desperté de madrugada, cuando se levantó para ir al baño, y me tapo otra vez con la manta. Salió y se fue a su cama. Me tumbé y seguí durmiendo.

Lo había grabado todo, y se lo envié al consejo de sumisas dándoles la razón a medias, y se compadecieron de mí, pero me preguntaron qué sería de ella. Y les conteste que seguía igual, no la iba a echar por ser también dominante en la cama y estar medio loca. Y me dijeron que no aguantaría con ella por casa cada día, que mejor se fueran las dos, que ya llevaban mucho en mi casa. Sali del chat y pensé que hacer mientras tomaba mi café con mi cigarro.

-Hola guapetón, buenos días. Madre mía como he dormido- me dijo mi suegra al aparecer en la cocina.

-Buenos días corazón, ya te dije que tomaras media, luego el efecto se acaba y se van las fuerzas- le expliqué.

-¿Me viniste a dar la crema? No lo recuerdo- me dijo extrañada.

-¡Buff! Dos veces, pero estabas KO- le mentí.

-Cielo santo, pues no se si me compensa- dijo pensando.

-Ya se acostumbrará y sabrá cuando frenar, para que no le dé tanto bajón- le explique.

-Buenos días, señora, buenos día Pender- dijo Lupe al entrar.

-Hola preciosa- le dije admirándola.

-Buenos días niña, hoy vamos de paseo, que me dé el sol- le dijo.

-Claro señora, ya le vendrá bien- le contesto.

-Bueno, me voy a la oficina. No estéis mucho rato que os podéis derretir bombones- les dije yéndome, y oyéndolas reír.

Lupe también pensaba en el fin del juego, y también sabía que le costaría conmigo trabajando en casa, aunque ya no la mirara más, ni la buscara. Lo veía difícil, y no sabía que hacer tampoco. Se acordó de que ni siquiera me había corrido, y ella tres veces. Y sintió vergüenza al dejarme con las pelotas llenas y empalmado, durmiéndose como una niña cansada de jugar. Al menos me debía uno o dos orgasmos, pero no sabía si podría dármelos. Y lo peor es qué se quedó sin una buena follada de culo, con lo bien que lo paso el rato que se lo empecé a follar. Sabía que tenía problemas mentales, pero nunca los vio tan claramente, al repasar lo que paso esa noche.

Lucia me esperaba puntual en la esquina, con unos tejanos muy cortitos, con medio cachete al aire, y un top con lentejuelas bastante pequeño y ajustado. Parecía una puta, pero yo quería follármela y vaciar por fin mis pelotas desde la noche.

-¡Hola! Que guapo- me dijo dándome dos besos.

-Hola bombón, gracias, pero tu si eres preciosa, menudos ojazos tía- le dije viendo sus ojos orientales.

-Si, debo tener antepasados japoneses o chinos- me dijo.

-No se aprecia en las fotos, la verdad- le dije arrancando.

-Bueno, ¿Dónde me llevas?- me dijo sentada de lado mirándome todo el rato.

-Vamos a por una hamburguesas y luego al campo, ¿te hace?- le propuse.

-Mientras estemos solos, donde ...