Viaje al paraíso con mi madre - Relatos Eróticos

Viaje al paraíso con mi madre

... me provocaba.

Recuerdo que una de esas noches en la playa, ya nos habíamos ido a acostar, cuando me dieron ganas de fumar. Lo hacía a escondidas de mi madre y para no ser descubierto, salí por la ventana de mi cuarto al patio. Mirando las estrellas y escuchando el sonido de las olas, no sé que me dio por darme una vuelta por el contorno de la casa, cuando paso por el cuarto de ellos. Tenían la ventana abierta por el calor y sin duda, estaban cogiendo. Se escuchaban los quejidos de ambos , donde claramente se notaba que estaban haciéndolo. Fueron sentimientos encontrados, por un lado molesto o celoso de escuchar a mi padrastro cogiéndose a mi madre, pero a la vez excitado, imaginando a mi madre desnuda, siendo enculada por el maldito. Envidiaba la suerte del bastardo, cogiéndosela, chupándole sus prominentes tetas , seguramente colocándola en cuatro , perforando ese hermoso culo , que sería golpeada por su barriga. Asco , envidia , calentura , un sinfín de sensaciones me invadieron escuchándolos.

Pasó el tiempo y el deseo hacia madre solo fue en aumento, hasta ya transformarse en una morbosa obsesión. Me encantaba mirarla, compartir con ella, imaginarla conmigo, haciéndola yo disfrutar como mujer. Llegue hasta sacar su ropa intima del cesto de ropa sucia, masturbándome sintiendo su olor. Siempre nos besamos en la boca, desde que era pequeño, solo un roce de labios, pero ahora yo la tomaba de la cintura y la apretaba contra mí, para sentir sus pechos, alargado un par de segundos más los cariñosos besos, sin encontrar de su parte ningún rechazo.

Con 17 años, me gustaba buscar mujeres de su edad, de 30 a 35 años, con las que siempre tuve suerte, no me puedo quejar. Tenía buena facha, alto, músculos marcados, manejando el jeep del año de mi madre, extrovertido, mujeres me sobraban. Buscaba ese tipo de mujeres maduras, las que ligaba con mucha facilidad, pero que no eran ni la sombra de lo hermosa que era mi madre, aunque debo reconocer que esas maduras, me enseñaron muchas cosas en el sexo, cosas que con las jóvenes de mi edad no experimentaba.

Hasta que llegó el cumpleaños de mi madre, donde sorpresivamente mi padrastro le regala dos pasajes a Cancún. De inmediato le dijo que eran solo para ella y para mi, ya que él no era de esos destinos tan juveniles y ella hace mucho le pedía que quería ir a conocer. Obviamente yo estaba incluido para que se la cuidara, ni loco la mandaría sola. Para nosotros , era lo mejor, para que andar con un viejo amargado en esas paradisiacas playas, a si que mi madre confirmó los pasajes para coincidir con mis vacaciones de invierno, escaparnos de las lluvias y fríos, e irnos al paraíso.

Llegó el ansiado día. No embarcamos en el aeropuerto con un día muy helado y pronostico de lluvia , pero apenas desembarcamos, un golpe de calor nos pego en el rostro , habíamos llegado a nuestro soñado destino.

Nos alojamos en un hotel espectacular, de inmediato nos cambiamos ropa y salimos a recorrer. Nos ofrecieron ...