1. El fruto no tan prohibido: Mi prima Mónica


    Fecha: 06/08/2019, Categorías: Incesto Autor: Centauro, Fuente: SexoSinTabues30

    El fruto no tan prohibido: Mi prima Mónica.
    
    Después de 12 años se concretó. Recuerdo que en el siglo pasado después de soplar mis 8 velitas llegó al mundo Mónica, hija de mis tíos. Mi muy prima le decía, porque nuestros padres eran hermanos y nuestras madres también lo eran. Por razones laborales nuestras familias tenían sus hogares alejados una de otra y nos juntábamos cada tanto. Recuerdo que Mónica era una niña muy bonita con tez blanca, algunas pecas, pelo rubio tendiendo a rojizo que hacían resaltar aún más sus ojos profundamente azules. Luego de la separación de mis padres y debido a mi trabajo de técnico viajé mucho y perdí contacto con buena parte de la familia. Volví a saber de ella a través de una invitación a su casamiento. Me propuse ir a la boda ya que hacía tiempo que no la veía. Y sí, hacía más de un metro de altura y mucha hermosura que no me encontraba con ella. Que bella mujer, casi 1,80 de altura, su pelo rojizo se había transformado en una cabellara rubia ondulante y sus ojos, quizá por el tiempo, mucho más azules. Su hermosa fisonomía indudablemente seguía todas las reglas de Fibonacci. Ya avanzada la fiesta tuve oportunidad de dialogar con ella a solas. Entre comentarios banales dejé escapar un :-Moni…. Hace mucho que no te veía. Qué linda que estás!!! ¿Cómo se te ocurre… (Hice una pausa. Ella esperaba que dijera “Casarte” ) ¿Cómo se te ocurre ser mi prima?. Le dije. Primero fue una carcajada y luego se quedó mirándome con un leve movimiento de su cabeza como asintiendo. – ¿Cuánto querés por tus pensamientos? Le pregunté.- Me parece que vos sabés lo que estoy pensando- me respondió. Fuimos interrumpidos y la fiesta continuó. Creo que pestañé un par de veces y pasaron 12 años hasta que volvimos a encontrarnos a solas. Hubieron varios encuentros intermedios pero todos multitudinarios en los cuales solo intercambiamos algunas miradas. Creo que ninguno quería acercarse al otro porque imaginábamos lo que sucedería. El azar quiso que yo estuviera de gira pasando por su ciudad y ella con problemas eléctricos en su casa. Me pidió si quería resolverle un par de ellos. Acepté gustoso, más aún con una invitación a almorzar de por medio. En ese momento, Mónica a sus 32 años estaba sola, separada por tercera vez y más linda que nunca. Según nuestra mutua tía solterona : “Los hombres no le duran porque es muy ardiente y demandante sexualmente”. Esos comentarios quedaron dando vueltas por mi cerebro. Ya en su casa resolví los problemas eléctricos mientras ella preparó el almuerzo. Esperaba que alguien más de la familia llegara pero cuando solo hubieron 2 platos a la mesa tuve que disimular mi alegría y ansiedad. Luego del café de sobremesa la cosa se puso más interesante. La mirada de Mónica era mas brillosa, sus mejillas más rosadas y el bulto en mi pantalón podía notarse claramente. Una electricidad recorrió todo mi cuerpo cuando nuestros labios se chocaron por primera vez. Había tensión reprimida durante varios años. Besos, abrazos y ...
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