1. Mi sobrina tiene novio...pero me la sigo follando


    Fecha: 05/08/2019, Categorías: Incesto Autor: Gigi, Fuente: TodoRelatos

    ... mi decisión era una locura cogí las llaves y salí disparado.
    
    La imagen de María desnuda en su cama recién folladita me estaba poniendo a mil y a grandes zancadas y como despavorido atravesé la ciudad para llegar a su calle.
    
    Llamé a su piso y esperé.
    
    - ¿Eres tú, tío?
    
    - Sí, abre.
    
    - Te espero donde ya sabes –me dijo mientras un timbrazo me indicaba que la puerta estaba abierta.
    
    Cogí el ascensor y me miré en el espejo. Estaba como loco, poseído por una fuerza iracunda y bestial. Cuando llegué comprobé que la puerta de la casa estaba abierta. Juro que se me salía el corazón por la boca y que mi polla estaba dura como nunca antes lo había estado. Pasé y cerré detrás de mí. Ya no había vuelta atrás. De llegar mi cuñada mi mundo se vendría abajo. Pero efectivamente estaba loco. Loco por María, loco por follármela, loco por descubrir de lo que éramos capaces. Caminé despacio por el pasillo hasta su cuarto cuya puerta también estaba medio entornada. Un segundo, dos segundos, tres… Empujé la puerta y el paraíso se abrió a mis pies.
    
    - Hola tío, te esperaba…
    
    Era ella, María. Desnuda en la cama, tan solo con sus gafas y con la cara de lujuria dibujada en su rostro.
    
    - ¿Te han follado bien, cielo? –dije mientras mi niña se restregaba las tetas y se abría ligeramente de piernas.
    
    - Sí, tío… Pero ya que estás aquí…
    
    No la dejé que acabase porque me abalancé sobre ella. La bese con fuerza, saboreando su lengua de ninfa mientras me hacía primero con una de sus tetas y después la dejaba deslizar hasta su sexo todavía rezumante de sexo.
    
    - Ummmm …, ¿qué me vas a hacer, tío? –preguntó irónica María mientras dos de mis dedos jugueteaban en la entrada mismo de su coño.
    
    - Esto mismo cielo –contesté dejando que mis dedos se introdujesen en su intimidad llenándome de su calor de hembra en celo.
    
    María cerró los ojos y dejó que otra oleada de placer la asaltase por completo.
    
    - ¿Te han follado bien, cielo? –repetí saboreando yo mismo el jugo que manaba de su coño.
    
    Sin dejar de gemir asintió con la cabeza.
    
    - ¿Dónde se ha corrido?
    
    - En las tetas y en la boca…
    
    - ¿Te lo has tragado?
    
    Fingiendo ruborizarse volvió a asentir. La besé de nuevo mientras me sacaba la polla del pantalón y se la daba a mamar.
    
    - Eres mala cielo, te voy a tener que castigar.
    
    Era la mujer –porque era ya toda una mujer aunque acaba de estrenar su mayoría de edad hacía apenas unos meses– más bella que había conocido nunca y la tenía ahí, en su dormitorio de adolescente, lleno de poster de gente que desconocía por completo, desnuda en su cama, comiéndome la polla mientras mis dedos no dejaban de follarla. Entonces por temor a que aquello acabase demasiado pronto me puse enfrente de ella y ante la visión de su sexo abierto y chorreante de flujos no tuve más remedio que meter mi cabeza entre sus muslos para saborear su sexo, para lamer como un perrito ese néctar febril de ninfa adolescente. Me moría, literalmente, por beberla entera, por sentir la ...
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