1. Sauna en Familia


    Fecha: 05/08/2019, Categorías: Gays Autor: Nauj69, Fuente: SexoSinTabues30

    ... con los hombres de su familia, entre machos, para formar el carácter.
    
    En el acto el chico se sintió con la cara colorada y las axilas sudadas, y estaba seguro que no era por efecto del calor de ese cuartito, sino más bien por la creciente vergüenza que experimentaba.
    
    –Cre…creo que el sauna es muy pequeño, papi… Mejor no los interrumpo y me salgo…
    
    –¡No digas tonterías! Mejor ven y siéntate a mi lado. —Le dijo su tío, en lo que prácticamente lo sentaba junto a él; quedando de frente a su abuelo y en la esquina opuesta de su papá.
    
    Realmente aquel espacio era muy reducido; los cuatro golpeaban con las rodillas de los otros y se rozaban muslos con muslos y hombros con hombros. Fabricio se sentía mortificado entre esos tres altos adultos; que como bien lo había expresado don Federico, eran todos unos machos. Es por esa razón que el pobre chico se sentía de menos en comparación con esos maduros de cuerpos robustos y todos cubiertos de muchos pelos; pues su padre, tío y abuelo eran muy velludos, lo que se conoce como todos unos hombres de pelo en pecho.
    
    Su abuelo es el más relleno de los tres con una sobresaliente panza; aunque aun así tiene unos pectorales recios y unos brazos fuertes por trabajar años en el campo; y su aspecto también es el más severo, con el rostro surcado de arrugas, una prominente calvicie y en contraste una muy espesa barba blanca, en juego con las canas de su pecho peludo. Su tío Fernando también es bastante corpulento, pero con el rostro más jovial, tiene unos cuantos tatuajes en los brazos y espalda, y usa un tupido mostacho negro. A la par de éste se encontraba su hermano mayor, el papá de Fabricio; quien es el más fornido de esa familia, con un torso y unos macizos bíceps que intimidan a cualquiera, y al igual que su propio padre, Francisco se está quedando sin cabello y tiene barba, pero es negra y con unas pocas canas grises en la barbilla.
    
    Por un breve momento, que para el adolescente pareció una eternidad, ninguno hablaba y sólo se escuchaba el susurrante sonido del vapor al entrar en el sauna. Él trataba de no desviar su mirada y espiar las entrepiernas de sus familiares masculinos o contemplar cómo los músculos de esos hombres relucían por efecto de la copiosa traspiración en la piel o como los vellos de los mismo se les adherían al cuerpo al estar tan empapados. Fabricio veía al piso, justo en lo que sintió en sus hombros el peso de uno de los brazos de su tío, junto con el inconfundible hedor a sobaco sudado golpearle la nariz.
    
    –¿Y qué tal, sobrino? ¿Qué te parece estar así con nosotros? ¿O acaso te incomoda?
    
    –¡Claro que no le incomoda! No tendría por qué. —Intervino don Federico–Fabricio ya es un hombrecito. Sólo mira esa espalda y hombros. Si hiciera pesas se pondría fuerte como su padre.
    
    –Es verdad, papá. Se nota que dejó de ser un niño. Ya hasta tiene pelitos. —Y con una mano le jaló a su sobrino los vellos de una de sus axilas–¿Qué edad es qué tienes, eh sobrino?
    
    La reacción del chico ...
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