¿has cogido con una pálida en un callejón - Relatos Eróticos

¿has cogido con una pálida en un callejón

... tu macha, quiero saber que tan caliente es mi zorra”

Pegue mi boca a sus oídos, gimiendo, diciéndole soy tu perra, jódeme, viólame, dame tu crema, baña mis ovarios, mis piernas rodearon su cadera, cabalgandola moviendo mi cadera en círculos ella empujaba más fuerte, mi pelvis se convulsionaba en cada arremetida, sentí que me corría, de forma violenta me acuchillaba la vagina con su falo, de forma escandalosa ambas nos corrimos, sentí que se me aflojaron las piernas, y me desmadejaba, pero ella me sostuvo de las nalgas

Jadeando nos repusimos, y a lo lejos ladraban los perros, vimos que algunas personas se asomaban en la entrada del callejón por el escándalo que hicimos, ella me jalo de la mano y nos ocultamos detrás de los depósitos metálicos de basura, ocultas acomodamos nuestras prendas, vimos que después se retiraban los curiosos, esperamos media hora y después con prudencia salimos del callejón, y ella me dijo:

- ¿y ahora que hacemos?

- No sé tú, pero con la adrenalina de que nos descubrieran volví a estar cachonda

Pasando su brazo por mi cadera me agarro de una nalga y salimos a la calle y paro un taxi dando su dirección, me llevo a su casa, llegando pago y cuando pasamos el umbral de su casa me llevo directo a su cuarto empujándome a su cama

Yo me empecé a desvestir, ella se desnudó y entre sus piernas estaba como resorte erecto su falo en color negro, pero se fue a un mueble y lo reemplazo con otro con dimensiones más grandes, me abrió las piernas y clavo su boca en mi clítoris, fue una mamada salvaje que en poco tiempo me llevo a un orgasmo intenso, pegando mi concha en su cara y enredando mis dedos en sus cabellos, clavo sus dedos como garfios en mis piernas y me jalo hasta el borde de la cama sintiendo como su glande se restregaba en mi vulva, antes de le puse otro condón, como en esta ocasión no se la iba a mamar era de los que tienen multi “O”, cruce mis piernas en su cintura y mi macho me clavo su verga de plástico hasta el fondo, la follada era muy fuerte, el dildo era grueso y largo pero mi calentura me hacía disfrutarlo al máximo...me corría como loca, mi macho me besaba penetrando con su lengua mi boca, bebiendo ambas nuestras salivas

Su lengua me lamia cual perro lamiendo a su perra, de repente rodamos en la cama, me hizo cabalgarlo, sintiendo como me partía en dos, nos corrimos gritando y gimiendo, quedando dormidas después de esa venida, cuando desperté sentí su brazo sobre mi pecho, ella se despertó y me beso, de la mano nos fuimos al baño para ducharnos, salimos a cenar y después hablo por teléfono a un servicio de taxi y me mando a mi casa, esa noche no invadió mi caverna mi enorme alíen, pero si dormí satisfecha