1. Me dan un arrimón en el metro y terminé entregando el culo


    Fecha: 04/08/2019, Categorías: Gays Autor: soyAriel, Fuente: CuentoRelatos

    ... casi imperceptible, pero un escalofrío recorrió mi cuerpo y mi piel se erizó, los roces parecían accidentales, solo un segundo y se retiraba, siempre siguiendo el movimiento del metro, pero me estaba poniendo cachondo, intenté cambiarme de lugar pero era imposible, así que lo pensé mejor, me quedé estático y cerré los ojos tratando de concentrarme y sentir con mayor agudeza el leve contacto, que estaba disfrutando mucho, sentí en los siguientes roces que su verga se estaba poniendo más dura y mi verga también empezó a pararse, lo cual me ponía en una situación incómoda y para tratar de ocultar mi erección bajé mi mochila a la altura de mi pelvis, y sin intención al hacer ese movimiento tuve que echar un poco el culo hacia atrás y el contacto se hizo más fuerte, alcanzando a sentir el grosor de su verga, creo que creyó que empujé el culo a propósito, porque en el siguiente vaivén del metro me apoyó toda la verga contra las nalgas y no se retiró, ya no podía ser un contacto accidental, sentí claramente que su verga estaba dura como una piedra y podía adivinar su longitud y grosor, e incluso la cabeza de su verga.
    
    Era muy excitante, se repegó más a mi y alcancé a sentir su respiración en mi nuca y el olor de su colonia, y en cada vaivén del vagón aprovechaba para mover su verga por toda mi rajita en un discreto pero suave bombeo, que continuó por varias estaciones. Mi mente dudaba en cómo reaccionar, salir corriendo, reclamarle o fingir no sentir nada, y escogí esta última opción, estaba paralizado, ruborizado y me daba miedo voltear y alguien se diera cuenta, pero intenté reconocerlo a través de su reflejo en la ventana, sólo pude observar que vestía un traje gris y un portafolio, y su tez era morena clara, pelo negro y entrecano, pero no pude ver su cara, seguramente sería algún oficinista o empleado de gobierno. De pronto llegamos a la siguiente estación y un mar de gente empezó a salir, entre ellos mi apoyador, pero antes de irse me dio un pequeño apretón en mi nalga derecha que hizo que diera un pequeño respingo y quedara parado todo cachondo y confundido y con mi verga al tope.
    
    La siguiente estación era la de mi escuela e intenté relajarme para que mi verga se bajara, pero no fue fácil, solo logré que perdiera un poco de dureza, así que me bajé del tren tapándome la erección con mi mochila y discretamente fuí a los sanitarios de mi escuela a masturbarme y soltar la leche, lo cual no fue suficiente ya que estuve todo el día caliente y recordando lo sucedido, terminando clases estuve más cariñoso que de costumbre con mi novia, pero no logré llevarla a la cama y descargar mi calentura y nuevamente me tuve que masturbarme esa noche.
    
    Al día siguiente inconscientemente o no me subí al mismo vagón del metro, pero no pasó nada, salvo los empujones y apretones de costumbre, ni al siguiente, día.
    
    Pasó una semana y ya casi había olvidado la experiencia, cuando en la misma estación de la vez anterior, después del mar de gente, sentí que ...
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