Años 70: De negocios y sexo con su suegra 2 - Relatos Eróticos

Años 70: De negocios y sexo con su suegra 2

... de la tarde llamaron a la puerta. Fede medía un metro noventa, fuerte, moreno y canoso, guapo y atractivo, ojos verdes. Hugo era también bastante atractivo, casi tan alto, fuerte, con el pelo largo y rizado, y una sonrisa cautivadora, enseñando sus dientes blancos perfectamente limpios.

Las chicas estaban encharcadas.

Se pusieron a tomar algo y charlar, tenían toda la noche por delante, no había prisa. Fede le dijo a Carmen lo que sentía que a su suegro le hubiese dado un derrame cerebral. Carmen le contó que volvían a abrir el negocio en esa casa y que contaban con él como antiguamente. Él dijo que encantado, porque además tenía un gran recuerdo de aquellos años.

Poco a poco se fueron calentando las conversaciones y se decidió que Fede se enrollase con Miren, dado que Carmen ya conocía la calidad de su hacer profesional y que Carmen evaluaría la profesionalidad de Hugo para ver si podían incorporarlo al negocio. Fernando y Carlos se lo harían conjuntamente a Pilar, aunque ésta pidió probarlos a los dos en cuanto quedasen libres y repuestos. Por su parte, los chicos querían ver la técnica y habilidad de dos profesionales en acción.

Federico empezó a jugar con Miren, a pasarle la lengua por el cuerpo y a sobarla bien, calentándola hasta tenerla casi suplicando que se la follase. Entonces Fede se desvistió y apareció un pene de casi veinticinco centímetros de largo y como una botella de Coca-Cola de ancha. Miren se tiró a por ella, pero no le cabía en la boca, por lo que solo se limitó a chuparla. Él la levantó en alto, la puso sobre su pene y la fue dejando caer notando ella como se le introducía ese pene caliente y duro, abriéndose paso entre sus labios vaginales y luego entre las paredes de su vagina. Luego empezó a subirla y bajar, dejándola prácticamente caer a plomo sobre su pene, notando Miren como chocaba su glande contra las paredes más profundas de su sexo. Estuvo un rato así bombeándola, hasta que Miren se corrió como una posesa, soltando de todo, poniéndole perdido de flujo y líquido soltado por la uretra, gritando y jadeando, con temblores, espasmo y contracciones de su vagina contra ese trozo de carne que casi no dejaba espacio dentro de su coño. Luego la apoyó contra un tapiz de la pared, y empezó a metérsela con fuerza.

Mientras, Hugo había calentado a Carmen de la misma manera. Al desnudarse expuso un rabo semejante al de Fede, algo más grueso aún, circuncidado, que fue el asombro de Pilar, que nunca había visto algo parecido. Carmen le dijo que, como esas, ella se había metido muchas y que esperaba que aguantase mucho dura. Hugo la puso de espaldas y se la metió casi de un golpe, gimiendo ella y diciendo:

- Métemela hasta el fondo, que gusto, que pollón más bueno, como los he echado de menos. Dame duro y no te cortes.

Hugo empezó a follársela con ganas, chocando los huevos contra su culo, no pudiéndose imaginar hasta donde le podría estar entrando y comprobando que le vagina de Carmen se tragaba cualquier ...