1. Rito de iniciación


    Fecha: 02/08/2019, Categorías: Gays Autor: Gavin, Fuente: SexoSinTabues30

    Era el gran día. Los brujos habían danzado y todas las ceremonias se habían cumplido. Ahora debía completar el rito de iniciación. Debía matar a un hombre blanco y traer su cabellera.
    
    Mi padre me había enseñado cómo debía extraer el cuero cabelludo y yo había practicado con las cabezas de algunos colonos muertos el procedimiento. También había aprendido a abrir sus cuerpos y dejar expuestas sus entrañas, como ofrenda a las fieras del bosque. Junto a su cabellera, debía traer toda su ropa, ya que podría hacer trueque con ella.
    
    Partí al amanecer, hacia la zona donde los colonos se habían establecido. Iba armado con mi tomahawk, mi cuchillo, mi arco y una buena cantidad de flechas. Mi puntería no era excelente, pero había practicado mucho últimamente y esperaba que los espíritus me ayudaran.
    
    El bosque, que conocía bien, no me dio pistas. ¿Tal vez los colonos se habían asustado después de la última matanza y habían decidido cambiar su zona de caza?
    
    Caminé mucho y me detuve varias veces para invocar a los espíritus de mi tribu. Había salido el sol y el día era muy caluroso. Decidí dirigirme al río.
    
    Fue una buena idea. Al llegar, vi que alguien se estaba bañando en las aguas transparentes. Era un colono delgado y tenía una melena rubia. Sería un buen trofeo. Preparé mi arco.
    
    El hombre blanco era en realidad un niño, tal vez de mi edad, y ya me había visto.
    
    No gritó. Permaneció quieto en el agua, que le llegaba a la cintura, y me hizo un gesto tranquilizador con las manos. No pedía clemencia, no parecía asustado: sus señales eran de que me cuidara. Pensé que tal vez sus padres y hermanos estarían cerca.
    
    Se llevó un dedo a los labios, pidiendo que no hiciera ruido y se fue acercando a la orilla. Su cuerpo era tan blanco que no parecía humano. Yo seguía apuntando con mi arco a su corazón, pero mis ojos no pudieron evitar observar sus caderas y su sexo. Para mi sorpresa, el niño murmuró en mi dialecto:
    
    -Ten cuidado, amigo. Hay un cazador con armas de fuego cerca.
    
    Su cara era hermosa e inspiraba confianza.
    
    – ¿Cómo hablas mi lengua?
    
    -Mi amo comerciaba con tu tribu y yo aprendí.
    
    – ¿Tu amo? ¿No es tu padre?
    
    – ¡No! Él me compró en el mercado de esclavos. Mis padres ya están con los espíritus.
    
    Se había detenido a dos pasos de distancia.
    
    – ¿No tienes miedo de que te mate?
    
    -Si quieres hazlo. Mi vida es triste. Ya disfruté del agua fresca. Solo no me hagas sufrir.
    
    Esto no era lo pensado. ¿Abatir a un muchacho indefenso? ¿Qué pensarían los dioses de mí? ¿Qué podría contar a los brujos? Además, me repugnaba la idea de quitarle la cabellera y destripar a una criatura tan hermosa.
    
    – ¿Dónde está tu ropa?
    
    -Allí, junto a aquel roble. Puedes matarme ahí si quieres.
    
    -No quiero matarte.
    
    -Pero es tu rito de iniciación, ¿no? Sé las costumbres de tu tribu. Necesitas mi cabellera, mi ropa y bueno, hacer todo lo demás.
    
    Invoqué mentalmente al espíritu del bosque y al espíritu del río. Me respondieron. Ellos no ...
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