1. El gusano y su Alteza


    Fecha: 31/07/2019, Categorías: Dominación / BDSM Autor: Eduardo Marín, Fuente: CuentoRelatos

    ... Estaba nervioso. El corazón se me salía del pecho, daba vuelta y vueltas inquieto, hasta que ELLA me vuelve a llamar por el móvil, para decirme que acababa de llegar, que estaba justo en la zapatería de la primera planta (solo había esa) en esa planta, y me dijo: Tienes 2 minutos para reportarte a mis pies.
    
    Yo al minuto, ya estaba en la zapatería, me presente con la cabeza agachada las manos atrás... ALTEZA me observó durante un minuto, aproximadamente, Quizás algo más...
    
    Me hizo darme la vuelta sobre mí mismo, sin decir nada, yo estaba muy nervioso, ELLA lo notó enseguida, pero creo que le gustó... Y tras el primer examen, ALTEZA me dijo: Besa mis pies, gusano. Yo no lo podía creer, su primera orden, besarle los pies.
    
    Estábamos en el Centro Comercial era obvio que había bastante gente… Pero yo tarde milésimas de segundos en arrodillarme a sus pies para besarlos.
    
    Me levanté rápidamente, para ponerme a sus órdenes y ALTEZA me da dos bofetadas de ida y vuelta y me dice: Mal empezamos gusano, te he ordenado; besarme los pies, no los zapatos. Así que recuérdame cuando lleguemos a casa de darte tu merecido castigo. Y me gritó: Vamos escoria, te quiero detrás de mí, atento… Muy atento.
    
    ALTEZA compro varias cosas en el centro comercial y yo iba tras ELLA, con las bolsas en la mano… Después de un buen rato cargando con las bolsas, le pregunte a mi Sublime Dueña Imperial, si podía ir a por un cesto de compra para transportar las bolsas, y ALTEZA riendo me dijo: ¿Y para que te tengo a ti?
    
    Anda camina y recuerda una cosa: Te prohíbo tajantemente coger ninguna cesta, ni ningún carro, para eso te tengo a ti, inútil.
    
    Yo agaché la cabeza y le dije: Sí MI AMA, perdóneme. ELLA siguió tranquila viendo escaparates, mientras yo iba cargado con sus bolsas, tras ELLA. De repente veo que se para a tomar un café y no me atreví a decir nada. La esperé unos 15 minutos, de pie derecho, con sus bolsas en la mano, mientras ELLA se tomaba su café.
    
    Cuando vamos hacia su portal, ALTEZA me tira las llaves al suelo para que yo las recoja y le abra la puerta. Yo iba cargado con sus bolsas, pero enseguida entendí lo que tenía que hacer… y me adelanté para abrirle la puerta, haciéndole una profunda reverencia, ante su paso por el portal. Y volví a coger sus bolsas, mientras llamaba al ascensor. Pero ALTEZA me dijo: Tienes 2 minutos, pera subir al cuarto piso por las escaleras, los ascensores no se inventaron para los perros.
    
    Una vez que ALTEZA entró en su casa, salió rápidamente una perra de no más de 20 años a recibirla, se arrastró a sus pies, besando y lamiendo sus zapatos, como si le fuera la vida en ello. Se la veía extremadamente respetuosa, ante su Ama, Dueña y Sublime Señora.
    
    ALTEZA ordenó a su perra ir a por sus zapatillas, me las dio a mí, para que yo se las calzase y ordenó a su esclava, colocar todo lo de las bolsas.
    
    Yo de rodillas le dije: ALTEZA, Usted me ordenó que le recordase un castigo.
    
    ELLA me llevo a una habitación, ...