1. Relatos cortos 2-No existen prohibiciones para el


    Fecha: 28/01/2023, Categorías: Lesbianas Autor: Bella15, Fuente: TodoRelatos

    Conozco amores que pueden definirse: un sueño entre dos. Uno duerme y otro sueña.
    
    Leopoldo Alas
    
    La furia del mar y sus tormentas, tenían en vilo aquel pueblo costero de España con personalidad propia. Un pueblo que no estaba acostumbrado a ese tipo de tormentas marítimas que pueden llegar a ser un espectáculo fascinante, pero también son los fenómenos naturales más peligrosos que existen por su habilidad cambiante. Sin embargo, en medio de aquel escenario aterrador, se encontraba Raquel en su mecedora, navegando entre sus pensamientos, tal como si no le importará estar a merced de la naturaleza.
    
    —Raquel, ¿Qué haces aquí? ¡Puedes enfermarte! —
    
    Alba se abotono la bata de color rosa claro en señal del frío que sintió al salir a la terraza. No podía creer como su hermana menor podía exponerse de ese modo en plena madrugada y bajo aquella tormenta que no dejaba dormir a la mayoría del pueblo.
    
    —¿Has escuchado alguna vez el dicho “Conoces a cientos de personas y ninguna te deja huella y de repente conoces a una persona y te cambia la vida para siempre”? —dijo Raquel pensativa.
    
    —No, pero ¿Qué tiene que ver eso con que estés aquí? —sus ojos azules, notaron el semblante triste de su hermana.
    
    —Olvídalo—expresó, al limpiar aquella lágrima que estaba en su mejilla—¿Y tú, que haces aquí? —la miró expectante.
    
    —No podía dormir—tomó asiento en la otra mecedora—¿Atraviesas un mal de amores? Porque vamos, está vez, no conocí a la desafortunada —
    
    —No exactamente —masculló Raquel, tal como si no quisiera aceptar lo que su corazón sentía en ese momento.
    
    —¿Quieres hablar sobre ello? Como tú hermana mayor sabes que siempre estaré para ti —sostuvo su mano.
    
    —Lo sé, pero en este tema, creo que no eres la indicada —dijo, al perder su mirada en el mar.
    
    —Ni porque estuvieses hablando de Pilar —soltó de repente, pero al ver el gesto de Raquel, tragó grueso—¡No puede ser! ¿Te enteraste con ella? —manifestó un poco alterada.
    
    —Baja la voz o nuestros padres te escucharán —expresó con nerviosismo.
    
    —¡Por Dios, cometiste incesto! —dijo horrorizada.
    
    —Primero que nada, la palabra incesto, se refiere a una relación entre parientes y hasta donde sé, Pilar y yo, no lo somos —se defendió.
    
    —Es nuestra hermanastra, claro que es pariente —la regañó.
    
    —No lo es, pero no entraré en detalles contigo sobre un tema del cual nunca estamos de acuerdo —zanjó.
    
    Raquel no estaba de humor para conversar sobre un tema que la sacaba de quicio, por todo lo que eso implicaba. Aunque no existiera un lazo consanguíneo entre ellas, sabía que siempre la iban a juzgar, en especial sus otros parientes, pero era algo que la traía sin cuidado. En sus planes nunca estuvo enamorarse de su hermanastra y tampoco que llegaría a formar una relación netamente sexual, pero bien dice que, entre el sexo y el amor, existe solo un pacito.
    
    —¿Piensas decírselo a nuestros padres? —pronunció Alba, al ver cómo los ojos de su hermana se cristalizaron.
    
    Era evidente que Raquel ...
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