1. Un simple favor


    Fecha: 29/07/2019, Categorías: Incesto Autor: Fantasma Verde, Fuente: CuentoRelatos

    ... vez.
    
    Dana se frotaba ambos pezones mientras lo masturbaba lentamente. Veía sorprendida aquel falo punzante del que ya brotaba líquido blancuzco. No era muy largo pero si muy grueso, tanto, que temía batallar para meterse aquello de un solo empujón. Solo una vez había tenido algo así entre sus piernas, y no había sido una experiencia muy satisfactoria, pero era joven y no tenía tanta destreza como ahora.
    
    Besó sus testículos y luego se los metió a la boca uno por uno al tiempo que frotaba su miembro. Le jalaba la piel con los labios y luego subía con la lengua hasta su glande. Miguel cerró los ojos y jugaba con los pezones de su tía, que le rozaban los muslos con el movimiento.
    
    - ¿Quién te la chupa mejor? ¿Ella o yo?
    
    - Usted tía. Si le sabe.
    
    - Mentiroso…- Dana apretó la base del pene y se lo metió de lleno a la boca. Subía y bajaba los labios rápidamente haciendo un vacío cada vez que se salía. Lo lamía de arriba abajo y lo volvía a engullir con una maestría sorprendente; sabía muy bien cómo hacerlo.
    
    Miguel levantó la cabeza y veía como su pene desaparecía en la boca de su tía; estaba como loca. Apretó su glande con los labios y lo masturbó con rápidos movimientos.
    
    - ¿Quieres correrte dentro?
    
    - Donde quieras-. Contestó Miguel con un hilo de voz. Lo chupó un par de veces más sujetándolo de los testículos y se acostó sobre la cama. Él entendió inmediatamente su intención y se aproximó a ella abriéndole las piernas.
    
    - Despacito porque me va a doler ¿eh?
    
    Dana le indicó donde tenía un par de preservativos y se lo puso rápidamente. Se acercó a ella nuevamente y frotó su pene a lo largo de su raja, que estaba caliente y se contraía en pequeños espasmos. Primero introdujo el glande despacio y se quedó quieto. Su tía, con los ojos cerrados y la boca abierta, movía las caderas arriba y abajo tratando de engullir aquel mazo de carne. Miguel solo empujaba despacio introduciendo poco a poco todo su aparato. Al cabo de un momento, su tía se separó los labios y lo abrazó las piernas “Métemela ya, ‘Migue’. ¡Métemela ya!” Y de un solo empujón, su pene completo se abrió paso en aquella estrecha cavidad.
    
    Dana dejó escapar un pequeño grito al sentir los testículos de su sobrino chocar con sus nalgas, empezando un mete-saca lento pero consistente que la hacía gemir con cada empujón. Ella lo miraba fijamente mientras la penetraba, casi sin poder creer el placer que le provocaba aquel acto prohibido. Estaba cogiendo con su sobrino y lo estaba disfrutando más que con cualquier otro hombre. Miguel se recargó en sus mulsos con ambas manos y aceleró el movimiento de sus caderas. Sus pechos se movían frenéticamente con cada sacudida hasta que se salieron del camisón nuevamente; con un rápido movimiento de sus brazos, se sacó los tirantes bajando la prenda hasta su cintura. Miguel estaba hipnotizado por el movimiento de sus senos, que besaba y lamía ávidamente. “¡Me voy a venir, Miguel...!” Le gritó y al cabo de un par de embestidas Dana se ...
«12...4567»