1. Un simple favor


    Fecha: 29/07/2019, Categorías: Incesto Autor: Fantasma Verde, Fuente: CuentoRelatos

    ... parecía que no llevaba nada debajo. Pasó toda la mañana acomodando y limpiando el cuarto de trebejos y de vez en cuando aparecía su tía para ayudarle. Aquello fue todo un suplicio pues al agacharse por cajas o cosas que estuvieran en el suelo, sus enormes pechos colgaban libres debajo de la tela y era imposible empalmarse con aquello. Finalmente, cerca de las 2 de la tarde, Miguel terminó sus labores y entró a la casa con la esperanza de un pago en efectivo, pero al recordar las palabras de su madre, supo que no habría tal cosa. Le había llamado varias veces durante sus labores y estaba un poco fastidiado por ella
    
    - Tía ¿me puedo quedar con usted un rato? No quiero regresar a mi casa ahorita-. Le preguntó apesadumbrado al entrar en la habitación.
    
    - ¡Claro! Ahí hay más almohadas en la cajonera-. Miguel se acomodó junto a ella en la cama cubriéndose las piernas con una almohada. No podía dejar de ver de reojo el escote de su tía y estaba teniendo una erección.
    
    - ¿Qué estamos viendo?
    
    - No sé, le acabo de cambiar-. Le contestó sin quitar la mirada del televisor. Dana se recargó sobre él y sus pechos rozaron el brazo de Miguel. No llevaba sostén y por el frío de la refrigeración tenía los pezones casi erectos.
    
    Miguel miraba de cuando en cuando sus pechos y sentía como el pene le palpitaba cada vez que se estremecían con el movimiento de sus brazos. Dana se dio cuenta inmediatamente y se pegó más a su brazo, quedando sus senos prácticamente sobre él. Miguel no se movía y mantenía la mirada fija sobre el televisor, intentando ocultar su erección con la almohada. Su tía siempre le había parecido no solo atractiva, si no que durante su adolescencia fue su objeto de deseo por la forma tan sugestiva como se vestía en las reuniones, usando ropa muy ajustada y en ocasiones corta. Al ver sus senos casi desnudos recordó aquella vez que fueron a la playa y llevaba solamente un vestido sin tirantes. No llevaba traje de baño, por lo que al meterse al mar, el vestido se adhirió tanto a su piel que podía ver perfectamente todas sus formas.
    
    De pronto apareció la primera escena de sexo y notó como los pezones de su tía se endurecían completamente.
    
    - ¿Nunca te han hecho eso?- Le preguntó en voz baja. Miguel la volteó a ver sorprendido por la pregunta y el pene le palpitó con fuerza.
    
    - ¿Qué cosa?
    
    - Que te amarraren en la cama. Se siente bien rico…- Le contestó divertida al ver cómo su sobrino se ponía nervioso con el tema. Ella estaba consciente de sus miradas no solo en ese momento, sino cada vez que la veía. -¡Ay por favor! ¡No me digas que te da vergüenza! Si ya tienes 19-.
    
    - Pues sí, pero eres mi tía.- Le contestó Miguel, ahora más excitado que sorprendido. -No me lo han hecho.
    
    - ¿Qué te gusta que te hagan? – Preguntó nuevamente su tía acomodándose de lado. Sus pechos cayeron sobre su brazo marcando perfectamente sus pezones. Miguel saboreo en su mente sus senos que ahora veía descaradamente.
    
    - Pues lo normal.- Dana se rio ante su ...
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