1. Mi tía, mi prima y la montaña (2): Conociendo a mi tía


    Fecha: 24/03/2019, Categorías: Sexo con Maduras Autor: Alfil-1, Fuente: CuentoRelatos

    ... llevaba sujetador y dos grandes aureolas rodeando los dos gordos pezones deslumbraron mis ojos . Cuando se abrió la parte de abajo vi unas pequeñas braguitas granates tapando la mata de bello que había tocado la noche anterior.
    
    Ahora podía ver las curvas de su cuerpo y me parecieron excitantes. El duro trabajo de la montaña había moldeado su cuerpo a la perfección.
    
    -Te gustan mis bragas?
    
    Me preguntó con las manos en su cintura.
    
    -Son preciosas tía!
    
    Me levanté de la silla y volví a besarla abrazando su redondo culo. A sus cuarenta y cinco años lo mantenía tremendamente duro y mientras lo tocaba pensaba en follarme lo algún día.
    
    Mi boca dejó la suya para lamerle el cuello y bajar hasta sus tetas. Rodeé los pezones con la lengua y los sorbí con mis labios. Me acordé que no le gustaba fuerte y lo hice con suma delicadeza.
    
    -Ufff, aprendes rápido cielo!
    
    Agradeció mis controladas succiones. Estaba deseando ver su mata de pelo que guardaba bajo las bragas y baje con rapidez. Tiré de las bragas con suavidad y la pequeña selva apareció ante mis ojos. Fue un momento brutal ver por primera vez un coño cubierto de un suave bello rizado del color de su pelo. Ella paso la mano de abajo a arriba sobre la mata haciendo que el bello se hundiera para volver a coger volumen, como un colchón cuando te levantas.
    
    -Nunca habías visto un coño cubierto de bello?
    
    Negué con la cabeza sin dejar de mirarlo.
    
    -Te gusta así, o prefieres que me lo depile?
    
    -No, no! Déjalo así! Contesté pasando mis dedos entre el rizado bello. Ella apoyo las manos sobre el borde de la mesa y echó la cabeza hacia atrás esperando el trabajo de mi boca. Busqué la raja escondida bajo la mata y la abrí con mis dedos. La carne sonrosada apareció húmeda y jugosa. Acerqué la boca y le di varios lengüetazos.
    
    -Ufff, espera! Dijo deshaciéndose de la bata y las bragas con rapidez. Retiró las tazas de café de un manotazo y subió su cuerpo desnudo sobre la mesa quedando sentada con las piernas abiertas.
    
    -Vamos! Sigue! Me apresuró tirando de mi cabeza.
    
    Me abalancé metiendo mi cara entre sus muslos y comencé a lamerle la raja de nuevo. Sentía el roce de su bello en mi cara y eso me puso más salido, era una sensación especial. Metí toda la lengua en su raja varias veces, la subí hasta lo más alto y tintinee el clítoris. Era tan grande y estaba tan duro que lo chupé como si fuera un pezón. Mi tía se retorció gimoteando a la vez que aplastaba mi cabeza contra su coño. A los pocos segundos baño mi cara con una corrida exuberante. Tiro de mi cabeza hacia arriba y lamió mi boca y mi cara como si fuera una perra. Metió la mano en mis bóxer y me sacó la polla que ya estaba como el Badajoz de una campana.
    
    -Diosss, que polla más hermosa que tienes! Y qué dura está!
    
    Tiró de los bóxer hacia abajo a la vez que yo me quitaba la camiseta. Ella misma condujo mi polla entre su mata de bello haciendo que penetrara el capullo. Volvió a besarme como ella sabía hacerlo y al separarse ...