1. La sobrina que todos desean


    Fecha: 28/07/2019, Categorías: Incesto Autor: Veronicca, Fuente: SexoSinTabues30

    ... sensualidad y bonito cuerpo, siendo inevitable mi erección ante esa visión, porque apenas le tapaban lo indispensable, deseando en ese momento acariciarla por todos lados y besar ese bonito cuerpo, pero intenté disimular ante ella como pude, al estar a pocos centímetros de su rajita que me parecía tan hermosa.
    
    Finalmente, nos llevamos cinco y nada más llegar a casa ya se fue directa a la piscina a estrenarlos, con otras amigas del barrio que yo había invitado para que jugaran con ella y no se aburriera, mientras yo las veía a todas encantado como si estuviera en una especie de paraíso.
    
    Ella en casa siempre estaba con pijamas largos, pero la convencí para que se pusiera más cómoda y no pasara tanto calor, así que muchas veces se ponía solo con las braguitas y camiseta corta y cuando se tumbaba conmigo en la cama para ver la tele, yo no podía evitar acariciarle el culito, las piernas o por debajo de la camiseta sin que ella me dijera nada, aprovechando la confianza que iba teniendo conmigo, con caricias cada vez más sexuales, aunque cuando intentaba llegar con mis dedos a su vagina, se apartaba un poco diciéndome que le hacía cosquillas.
    
    Cuando pasaron los primeros días yo intentaba acercarme más a ella, así que en una ocasión que se estaba tomando un baño en casa, como nunca cerraba la puerta, entre al baño y me metí en la ducha con ella, diciéndole que la iba a ayudar a lavarse bien, porque teníamos algo de prisa.
    
    Ella se sorprendió un poco al verme, pero no paraba de mirar mi pene que estaba casi en erección, preguntándole yo:
    
    —¿Qué miras tanto?
    
    —¿Qué es eso, tío? —señalando mi pene.
    
    —Es un pene, cariño, ¿nunca lo habías visto?
    
    —Si, a mi papá a veces, pero no lo tenía tan grande.
    
    —Es lo que tenemos los hombres, como tú tienes vagina, y son de distintas formas, pero a las mujeres las gusta mucho tocarlo.
    
    —Jajaja, eso es mentira, tío.
    
    —No, tócalo, ya verás como es verdad que te gusta a ti también.
    
    Mi sobrina, un poco dubitativa, pero curiosa también, tomo mi pene y se puso a jugar con él.
    
    —Está calentito y duro, tío. ¿Te duele?
    
    —No, tú sigue.
    
    Ella siguió jugando con él con más confianza, moviéndolo adelante y hacia atrás, diciendo, sorprendida:
    
    —Se está poniendo más grande, ¿Por qué es?
    
    — Porque lo estás apretando y moviendo y le gusta que le hagas eso.
    
    —¡Ah!, que gracia, es muy divertido esto, tenías razón tío.
    
    —Claro, ya te lo dije, anda, vamos a secarnos y nos vestimos en la habitación.
    
    Al llegar a la habitación, ella me dijo:
    
    —Tío, quiero seguir jugando con tu pene.
    
    —Bueno, pues no te vistas, que ahora voy a jugar yo también con tu vaginita.
    
    —¿Y cómo vas a jugar?
    
    —Ya lo verás. Túmbate en la cama con las piernas abiertas.
    
    La vagina de mi sobrina quedó expuesta ante mí en toda su belleza. Era hermosa, con sus labios vaginales muy juntos, yo los separé con mis dedos para mirar esa línea rosa que dejaba ver un poco su pequeño agujero virgen. Inmediatamente comencé a lamer ...
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