1. Cubriendo bien a mi madre


    Fecha: 27/07/2019, Categorías: Incesto Autor: delnorte1, Fuente: RelatosEróticos

    ... entrando ella tras de mí… -Venga, tonto, si sólo vamos a ducharnos…- dice ella…
    
    Cabemos justos en la mampara, ella se sitúa tras de mí, a mis espaldas, y el agua bien caliente va fluyendo por nosotros. Ella va acariciando mi espalda mojada, mis brazos, mi pecho, mi vientre…Yo permanezco inmóvil, me dejo hacer… Ella me va enjabonando bien, acariciándome con suavidad los músculos. Acaricia mi vientre por debajo de mi ombligo; yo estoy en éxtasis…
    
    Entonces coge con su mano mi polla mojada que está como un mástil y la va enjabonando. También me manosea los testículos, que apuntan duros en su saco…
    
    -Oye, ¿y esto qué…? Déjame enjabonarte bien… El machito que he parido es bien completo… -me dice despacito al oído- Ya me contarás otro día lo bien que me follas las putitas, con esta herramienta tan buena… Tu padre follaba muy bien…
    
    Permanecemos un rato aclarándonos bajo el agua. El aroma del champú y su voz suave me han anestesiado. Ahora mismo no sé en que planeta estoy. Nos salimos de la ducha y yo sigo quieto y calladito. Ella envuelve nuestros cuerpos con una toalla gigante, se va secando y me va secando a mí. Sus rizos negros mojados caen sobre sus hombros y los pelitos negros húmedos de su coño me fascinan. Me toma de la mano, semihúmedos los dos y me conduce por el pasillo a su dormitorio, el de la cama grande donde dormían los dos, cerrando la puerta tras de sí. Debe haber echado alguna pócima en el champú porque estoy como narcotizado, pero muy feliz me dejo llevar. Se abraza frente a mí y me da un buen morreo, cosquilleando mis labios…
    
    -¿Ves como no ha pasado nada? Sólo íbamos a ducharnos en el cuarto de baño, quería verte desnudo, y ya está… Pero ahora estamos en mi dormitorio, oh oh, y aquí me vas a follar bien, porque yo no me puedo quedar así, y tú tienes mucha tensión acumulada en los huevos…
    
    Nos fundimos unos minutos en unos intensos morreos, manteniendo bien pegados nuestros cuerpos semihúmedos, abrazados los dos. Ella mete su mano entre los dos cuerpos para cogerme la polla, mientras su lengua saca cosquillas a la mía. Luego se concentra en mi cuello besando mis carótidas palpitantes. Tras un rato, estoy tumbado en la cama y ella sujeta la polla con su mano. Disfruta apretando suavemente y mirándome a los ojos, aunque en cierta manera yo trato de evadir su mirada. La polla, venosa, durísima, es una presa indefensa cerrada en su mano. Comienza a chupármela con profesionalidad, practicándole la humedad justa. La siento dentro de su boca, aplicándome la lengua con maestría en las zonas del placer. Besos húmedos en el capullo…
    
    -Dicen que el frenillo es una zona muy sensible, ¿es verdad? –me pregunta ella, concentrándose en darme ahora rápidos pero certeros lengüetazos en él. Me creo morir del gusto y le indico que pare o me corro rápido…
    
    La tumbo ahora yo a ella. Beso las arruguitas de su cara, esas de los 47 años, pero bien llevados. Muerdo su cuello y doy ligeros lengüetazos a sus pezones duros y oscuros, ...
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