Las refugiadas - Revisiones ginecológicas 6 - Relatos Eróticos

Las refugiadas - Revisiones ginecológicas 6

... del útero… y viendo los daños del resto, debía estar muy mal.

Natividad se encogió de hombros.

—El médico me dijo que su jefe le recomendó no operarme… pues no sabía si sobreviviría para recuperarme, pero al ver que sangraba por ahí decidió reconstruir esa parte. Me dieron opción de quitármelo todo, porque dijeron que tener hijos siempre sería un riesgo para mí, por los daños, pero no quise que me lo quitasen. Así que arregló lo peor. El resto no lo tocó.

—¿Seguridad social?

—Supongo.

—Tu ama no solo era sádica… era una sociópata. No sé cómo llegaste hasta ella, ni si esperas que Pedr… Master Brian llegue a ese nivel… Espero que no. No me gustaría que mostrase ese tipo de carácter.

—Yo… yo no sabía lo que iba a hacerme cuando me fui con ella. Hubo cosas que me gustaron y cosas que no.

—Bien. Poco más queda revisar de tu aparato genital. Si te parece vamos a estudiar tu aparato digestivo primero y para terminar acabemos estudiando tu aparato urinario, ya que necesito que te gires en un momento dado.

»Aunque hay otra posible opción y es que estés tres días más en ayunas y vengas para otro análisis.

—¡Buff! ¿Otro día? Tendría que pedir permiso en el trabajo…

—No es algo inmediato. Si no quieres lo podremos hacer más adelante, cuando tengas vacaciones. Isabel ha preparado un enema para ponerte, ya que si no partimos el estudio necesito que tengas las tripas vacías.

—No creo que haga falta —replicó Natividad—, ya me he puesto uno esta mañana para no ir manchando por fuera. Verá que también uso un plug… es la única forma de contener los escapes.

—Sí, bueno te voy a quitar el plug.

Melani insertó la máquina de vacío en la válvula y deshinchó el plug. Se lo quitó. Insertó la sonda a través del ano grabando todas las múltiples fisuras y cicatrices muchas de ellas viejas, al menos de más de un año. El segundo esfínter estaba igualmente reventado y abierto. Lleno de cicatrices. Y también había múltiples daños en la parte vertical del intestino. Solo cuando giró en la parte horizontal del intestino grueso empezó a encontrar tejido sano, aunque algo irritado, posiblemente por el uso reiterado de enemas.

Extrajo la sonda del ano después de llegar hasta el intestino delgado. Natividad había emitido algunos gemidos de dolor, pero no se había quejado en ningún momento. Cogió la sonda y le pidió que abriese la boca. Introdujo la sonda. Pese a que tuvo un par de arcadas no llegó a más y Melanie llegó con la sonda hasta el duodeno. La extrajo.

—Salvo en su tramo final —explicó Melanie—, tu aparato digestivo está bastante bien. Veamos tu aparato urinario.

Insertó la sonda pequeña hasta la vejiga, entonces Isabel empezó a llenarla con su propia orina hasta que esta se acabó y la cambió por suero salino. Tras llenarla sacó la sonda pidiéndole que retuviera la orina todo lo posible.

En ese momento tomó las ocho agujas de gauge 14 y clavó cuatro en aspa en cada teta. Conectó los catéteres de suero salino para que fuesen ...