Debut sexual de un chico nerd
Fecha: 26/07/2019,
Categorías:
Hetero
Sexo con Maduras
Autor: Gavin, Fuente: SexoSinTabues30
Después de una intensa sesión de sexo, uno de mis clientes me había pedido que iniciara a su hijo.
– ¿Qué edad tiene?
– Trece años.
Me negué: -Es arriesgado, Peter, si entra la policía y me agarra con un menor, me meto en un quilombo.
-Te voy a pagar muy bien.
Era lo que quería que dijese.
– ¿Y su mamá que dice?
– Su mamá… su mamá… ¡Es una boluda mi mujer! Lo sobreprotege. Además, Mike es el más chico y el único varón. Tiene tres hermanas que lo viven mimando. Me va a salir puto.
– Eso sonó un poco homofóbico, querido.
– Mirá, si cuando es mayor quiere ser gay, travesti o lo que sea, no hay problema. Soy un tipo abierto. Pero tal como van las cosas, lo único que falta es que un día mi esposa agarre una tijera y lo castre.
– ¿Tan terrible es?
Peter ya había pasado los cincuenta. Seguía siendo muy intenso en la cama, pero estaba lleno de miedos y culpas.
– ¿Qué experiencia tiene el nene?
– ¿Experiencia?
– ¿Mike se hace la paja? ¿Mira porno?
– Ni idea.
– ¿Nunca hablás con él?
– Hablamos, claro.
– ¿Y de qué hablan? ¿Del clima? ¿De fútbol?
– ¡Ojalá! A Mike no le interesa el futbol. Hablamos de mi trabajo, de cómo le va en el colegio…
– ¿Y cómo le va?
– Es excelente alumno, no da problemas… pero casi no tiene amigos. Supongo que es porque lo ven muy intelectual y aniñado. No va a fiestas, no hace deporte. Pero si los demás supieran que Mike ya se cogió una mina, sería diferente. Sus acciones subirían…
– ¡Sus acciones! ¿Así que tu hijo es otra de tus empresas? – me burlé- ¿Tenés una foto del chico?
– En el teléfono debe haber alguna.
Pero no había. Tenía fotos de sus viajes de negocios (irse de putas al extranjero), de su perro, de su velero y hasta de las comidas exóticas que le servían en restaurantes top. Del pibe, ni noticias.
– ¡Vos sí que sos un buen padre!- le reproché.
Los hombres reaccionan de maneras extrañas después de tener sexo. La famosa depresión postcoital. Peter se puso a llorar. Me conmovió, lo abracé y le dije que sí. Que algo íbamos a hacer.
Pasaron los días y me olvidé por completo del asunto. Tenía otros problemas más importantes en qué pensar: A mi hijo Brian lo habían detenido por robo. Es menor, no le iban a hacer nada, aunque esta fuera su octava entrada en la comisaría. Pero no sólo era delincuente sino boludo, robaba y lo agarraban siempre.
Perdí mucho tiempo esperando en la comisaría, yendo y viniendo por oficinas, firmando declaraciones juradas de esto y aquello. Cuando por fin lo dejaron en libertad, ni gracias me dijo. Brian ya era un caso perdido. Se fue a lo de su padre (un hijo de puta) a drogarse.
El timbre del portero eléctrico me sorprendió. Creí que era la policía con algún papel para firmar, pero no, era Peter. Me traía a su hijo. Ni me acordaba.
– ¡Que suba solo! – le dije.
Ocupo un departamento en el segundo piso. Sin embargo, pasaban los minutos y nada. ¿El chico se habría perdido?
Salí y me asomé al pasillo. Un niño ...