1. Litros de placer


    Fecha: 30/11/2022, Categorías: Fetichismo Autor: jose-sk, Fuente: SexoSinTabues30

    ... mientras se lo lamía. Me dijo que de acuerdo a besar y lamer, pero que si se tiraba un pedo se cagaba, que tenía muchas ganas, que llevaba un día sin cagar y había comido mucha fibra. Viendo la cantidad de pipí recibida, me puso a mil pensar en lo que significaba para ella «muchas ganas».
    
    Se puso de pie sobre la cama, apoyada sobre el cabezal de la cama, admiré unos momentos la belleza de ese culo, era firme, muy redondo, perfecto, el culo que todo hombre desearía lamer. Abrí suavemente sus bonitas nalgas y besé ese agujerito, empecé a lamer en círculos los pliegues del ano, y de vez en cuando metía la lengua o la nariz dentro, me encantaba. Casi no olía a nada, estaba muy limpio, pero el saber lo que había dentro era muy excitante, y casi se intuía la caca llamando a la puerta para salir, me encantaba. Al lamerlo se le fue relajando el culo, y se empezó a sentir algo de olor cerca del ano, era muy leve pero muy excitante.
    
    Me dijo que ya no podía aguantar más, que se cagaba ya. Me puse debajo, le lamí un poco más el culo, sentí en mis labios como el esfínter se empezaba a relajar. Yo no podía pensar en nada más, anhelaba saber qué sabor tendría su caca, si sería dura o blanda, y no me hizo esperar mucho antes de cumplir mi deseo. Vi un líquido saliendo de su culo, pegué mi boca al ano, para que lo que hiciera cayera dentro y al cabo de un momento depositó en mi boca un pedazo muy pequeño de caquita blanda, muy oscurita. Acerqué mi boca al ano, pero sin pegarla, para que mis ojos y mi nariz disfrutasen también del espectáculo.
    
    El ano de Marta se abrió un poco, y empezó a soltar un chorro de mierda muy blanda, estrecha, marrón oscurito. Aun oliendo a caca, no era un olor muy sucio, se notaba que comía sano. Acerqué mi boca, poco a poco iba cagando más pedacitos de mierda blanda directamente dentro de mi boca, hasta llenármela completamente. Una vez en mi boca la masa (cada vez más grande) tenía una textura como de chicle, y un gusto algo amargo. No tuve el más mínimo amago de vomitar ni me dio el más mínimo asco. Aunque sabía a caca, era la caca de una princesa, y mi cuerpo aceptaba ese olor, ese sabor.
    
    Aun así, al cabo de poco tuve que apartar la cara un poquito, pues mi boca ya estaba ya muy llena, ya no cabía más caca, y como tuviera tanta cantidad como me había dado en pis, si intentaba recibirlo todo en la boca, mi vida correría peligro.
    
    El culo de Marta no paraba de expulsar mierda en todas direcciones, me cubrió los testículos, la cara, el pecho… Ese agujerito no se cerraba nunca, no entendía como podía caber tanta caca en un culo tan pequeño, pero daba igual, yo estaba gozando tanto la vista como sobretodo el olor. Igual que con el pis, eso no se terminaba nunca (y yo tampoco deseaba que se terminase nunca), me estaba cubriendo todo mi cuerpo con su caca, marcando su territorio. Eso era muy excitante, me corrí algo (aunque poco) sin ni siquiera tocarme. Incluso estuve muy tentado de intentar tragarme toda la caca que todavía ...
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