1. Litros de placer


    Fecha: 30/11/2022, Categorías: Fetichismo Autor: jose-sk, Fuente: SexoSinTabues30

    ... esta vez iba con muchas dudas. En ese momento casi me arrepentía de haber quedado, pero ya era demasiado tarde. Le había dado mi palabra a Marta, no podía dejarla tirada, ya no tenía elección, sólo podía armarme de valor y seguir adelante. Al fin y al cabo, seguro que ella también tenía sus dudas y temores de quedar con un desconocido. Mi pene, en cambio, tenía las ideas más claras que mi cerebro: tenía que probar la caca de esa chica, descubrir ese sabor prohibido… Estaba claro que por una vez era más razonable hacerle caso al pene que al cerebro.
    
    Me equivoqué en el camino, y tardé un poco más de lo debido, sabía que iba a llegar tarde (si ya venía algo nervioso, además con el retraso, estaba claro que empezaba mal), la avisé por whattsapp, esperando que aceptara perdonármelo. Casi al mismo tiempo me avisó que había una avería en el tranvía y llegaría algo tarde, ahí respiré algo más tranquilo.
    
    Llegué unos minutos tarde, ella no estaba ahí todavía, al menos yo no iba a hacerla esperar, menos mal… Habíamos quedado para tomar un café antes de ir al tema, así que la esperé en la puerta. Con la foto de su whattsapp en mente (donde solo se veía la cara), miraba cada chica que se acercaba, preguntándome cuál sería ella, qué cuerpo tendría, si iba a gustarme, si ella me aceptaría o si al verme pasaría de largo… En esos minutos tuve mil dudas y muchos nervios, también mucha excitación, pero solo me quedaba esperar. Alea jacta est.
    
    Al cabo de unos minutos ella llegó y me vino a buscar, reconocí la cara de la foto de whattsapp (dentro de lo que dejaba ver la mascarilla), se veía joven y tenía un cuerpo delgadito. Como mínimo su cuerpo sí me gustaba físicamente, aunque todavía no tuve tiempo de admirarla mucho. Nos dimos dos besos y entramos al bar. Compramos ella un café y yo un zumo, pero como íbamos más tarde de lo previsto nos lo tomamos por la calle, de camino al hotel que habíamos reservado.
    
    Me explicó que ella estaba en Zaragoza sólo de paso, que había vivido un año en Sochi y que esperaba poder volver cuando le dejaran. Para mí, que era un enamorado de Rusia y que había ido ya 3 veces varias semanas, me dio mucha envidia, pero al mismo tiempo me fascinó. A ella le encantaba viajar, incluso más que a mí, me sentía muy cómodo hablando con ella, podríamos haber estado horas. En pocos minutos, todas mis dudas, todos mis miedos, se habían volatilizado, estaba claro que no me iba a arrepentir de haber ido a conocerla. Fuimos con calma al hotel y nos quedamos un rato hablando abajo, antes de entrar.
    
    Tras terminar el café, Marta fue a tirar el vaso a la papelera para entrar ya al hotel. Aproveché para mirarle el culo mientras iba (era la primera vez que se lo miré, hasta el momento había estado absorto por la conversación con ella). Dentro de unos jeans ajustaditos, muy sexys, se adivinaba un culito pequeño y redondito. Qué buena que estaba… Al imaginarme ese culo tan bonito cagando en mi boca se me levantó de inmediato.
    
    Tras hacer el ...
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