Mis primitos de 9 y 10 años - Relatos Eróticos

Mis primitos de 9 y 10 años

... noches mientras todos dormían, me imaginaba cosas morbosas, que trataba de no pensarlas, y me masturbaba no solo pensando en sus manitos, si no en sus boquitas y sus culitos.

Una noche no aguanté más y quise espiarlos mientras dormían. Eran como las dos de la mañana yo dormía casi en la sala un cuarto con puerta abierta que tambien era como oficina y biblioteca, Mi papá tenía su cuarto grande y ellos dormían en el cuarto que eran de mis hermanas. Solo mi papá tenía puerta cerrada, escuchaba que roncaba, sin zapato me fui a verlos estaban uno boca abajo y el otro de costado, su ventana daba a su cama y con la luna llena y ya acostumbrado a la oscuridad se veían bien clarito como luz prendida .

Me acerqué despacito con mi corazón palpitando rápido, vi sus caritas sus bembitas rojitas, durmiendo y me acordaba de ese día. Me arrodillé por el lado de Pepito el estaba de costado casi con la mirada a Juani , levanté despacito la frazada, la coloqué enzima de Juani, estaba con una pijama amarilla, con la que siempre dormía, le quedaba algo ajustada, ya de por si ellos estaban creciendo rápido y casi toda su ropa les quedaba ceñida, en la posición fetal, que estaba tenía la colita bien parada apuntándome a la cara. Le toqué despacito, le sobé el potito, me sentía un poco mal haciendo eso, pero al mismo tiempo sentía mucho morbo, en eso Juani respira hondo y se movió de lado, me quedé paralizado, muy asustado, me levanté y me fui rápido a la puerta, desde allí observé que continuó con sus respiros más fuertes, con un sueño más pesado, Pepito continuaba igual, el tenía un sueño más profundo.

Pensé que no debería estar haciendo eso, pensé en mi papá que tal vez podría despertarse, hasta en mis hermanas pensé que quizás a estas horas deberían estar ejerciendo su oficio . Me hiba despacito a mi cama, y escucho los ronquidos más fuertes de mi papá, mi arrechura pudo más, mi verga la tenía al fierro.

Volvi rápido me arrodillo al pie de la cama, y traté de bajarle el pijama, para mi suerte no usaba calzoncillo, le desaté la tira adelante, para soltar más el pantaloncito, y le baje despacito hasta media nalga, me quede inmóvil, sabia que podía despertar, que consecuencia podría venir, al verlo así pude observar unas nalgas bien formaditas, redonditas, le toqué le sobe suavecito, le di un beso, metí mi mano más adentro hasta sentir su huequito, era un placer que nunca había vivido, debo decir acá, que yo aún era vírgen y eso de la paja de los dos hermanitos y esa tocada de culo era lo máximo que hasta ahora había llegado en una relación sexual.

Escuché su respiración más agitada, le subí rápido el pijama, le tapé con la frazada y me fuí a mi cama, me la corrí tan rápido que en veinte segundos ya estaba botando bastante leche.

Al día siguiente estaba en el colegio y pensaba en lo que había hecho, varios compañeros y hasta mi profesor se dieron cuenta de lo distraído que paraba.

Al llegar a la casa, estaban esperando el almuerzo, algunas veces yo ...