Mis primitos de 9 y 10 años - Relatos Eróticos

Mis primitos de 9 y 10 años

Soy Camilo actualmente tengo 18 años y estoy haciendo mi servicio militar en un cuartel cerca de mi pueblo en una provincia de cajamarca. En Perú.

Mi papá después de casi terminar mi colegio me envió aquí, según el para calmar mis calenturas y para hacerme más hombre más responsable y maduro.

Casi al medio año de mi 5to de secundaria teniendo 17 años, llegaron a nuestra casa , dos primitos hijos de mis hermanas mayores, quienes trabajaban en una mina cercana a una pequeña población su labor era ser «cantineras», antes llamaron a mi papá.

Mi papá trabajaba en el campo, y yo estudiaba en un colegio fiscal, el único de mi pueblo.

Ellas se fueron de adolescentes igual como mi mamá, quien abandonó a mi papá hace muchos años.

Tanto Fermina como Emilia habían salido embarazadas de un mismo hombre quien les pagaba y se metía a mi casa cuando yo aún era niño y aprovechaban que mi papá llegaba tarde.

Un día mi papá llegó temprano y las encontró a las dos, desnudas en su cama con un señor haciéndole cosas.

Aunque yo estaba niño recuerdo bien que mi papá las botó de la casa y les insultó muchas cosas, diciéndoles que eran como su madre, y que no quería vergüenzas en la casa.

Ellas, encontraron una buena forma de hacer carrera, metiéndose con hombres por dinero y trabajando como cantineras en un bar, cerca a esta mina muy codiciada por sus riquezas.

Pero 2 años antes se habían reconciliado con mi papá, diciéndoles que trabajaban bien y que tenían sus hijitos, pero si algún día podían volver con ellos a la casa.

Mi padre les dijo que sí, con tal que se comportarán bien.

Semanas antes de la llegada de estos primitos habían convencido a papá que ellas enviarían dinero mensual para sus gastos y educación y que vendrían para Navidad.

Ambos primitos con cara de angelitos , muy bonitos ellos y bien papeaditos, ( acá es una forma de desir que están bien alimentados y cuerponcitos). Realmente eran unos diablitos, habían vivido con mis hermanas en medio de esa forma de vida que ellas tenían, viendo hombres entrar y salir de sus cuartos, hacerles cositas, como ellos desian y aprendieron malas mañas, como hablar lisuras, ser desobedientes, llorones, y muy malcriados y sobre todo pedír plata.

Mi papá como mayormente trabajaba y llegaba tarde no podía ver sus comportamientos, pero era yo quien pagaba los platos rotos.

Un día los castigué por que los encontré rebuscando mis cosas de colegio y haciendo dibujos eróticos mal dibujados pero, suficiente para malograr mis cuadernos y tareas.

No los deje salir a jugar y los encerré en su cuarto. Le contaron a mi papá cuando llegó. Pero el no les hizo mucho caso,

Desde ese día cada que tenían oportunidad buscaban que fastidiarme y ablar sus lisuras.

No se como paso esto pero, pero algo que empezó como un juego y algo de venganza, terminó de una manera vergonzosa para mí, obligando a mi papá enviarme al cuartel para hacer mi servicio militar, cosa que yo acepté sin reclamar.

Un ...