Beneficios por horas extras - Relatos Eróticos

Beneficios por horas extras

... decir:

—Bueno, de momento todo parece que está yendo bien.

—Sí —dijo Lupita recargándose en la silla para mirar al techo—. Una pena que todavía falten un montón de pruebas.

Fer resopló y dijo:

—Que no jodan los jefes. El internet ya está arriba y jala bien y rápido, no sé por qué quieren que sigamos haciendo estas pruebas.

—Alguna payasada de ISO 9000 o algo por ese estilo —dijo Lupita sin dejar de mirar al techo—. Bueno, al menos los beneficios por las horas extras son muy buenos.

Fer sonrió. Como buena oficina mexicana, las horas extras pagadas eran más un chiste local que una garantía en el trabajo, sin embargo, las dos agentes de IT habían encontrado una manera de obtener sus propias recompensas.

Fer se giró hacia Lupita y vio que la morena le sonreía. La rubia se puso de pie para ir con su compañera, giró la silla de esta hacia sí y entonces se sentó en sus piernas, ambas se vieron con una sonrisa, Fer pasó su mano por el sedoso cabello negro de su compañera y entonces bajó la cabeza hasta alcanzar los labios de esta y comenzar a darse un apasionado beso donde poco a poco sus lenguas empezaron a moverse para jugar la una con la otra.

Así era, Fer y Lupita ambas eran lesbianas. Cuando empezaron a trabajar juntas no lo sospechaban, pero entonces en una charla en la privacidad de su oficina que fue escalando poco a poco hasta llegar al picante tema del sexo, una confesó que era lesbiana y la otra respondió con:

—¡No mames! ¡Yo también!

Aunque con esta revelación, las dos compañeras de trabajo no empezaron una relación de inmediato, coincidiendo ambas que sería incómodo tener algo con una compañera, aunque eso sí, viendo la “afición” que tenían en común y la privacidad de la que gozaban en su oficina, no era raro que siempre que les tocara hacer horas extras, decidieran aprovechar para “aliviar un poco de estrés”, total, lo único que tenían que hacer era cerrar la puerta y echar un poco de aromatízate cuando terminaran para cubrir el olor.

El beso en los labios de las dos compañeras terminó, pero eso no significaba que fuera el final de sus beneficios por horas extras, pues Fer comenzó a besar el cuello de su compañera mientras que Lupita pasaba las manos por el cuerpo de esta hasta que sus manos se metieron debajo de su blusa para empezar a sentir la cálida piel de esta con sus manos.

Pronto Fer entendió la orden y se sacó la blusa con todo y sostén para dejar sus pequeñas tetas a la vista. Le acomplejaban un poco, pero como Lupita nunca le había hecho el feo, mostrárselas a ella ya no le parecía gran cosa, y la morena lo demostró levantando la cabeza para meterse uno de esos pezones rosas ya duro por la excitación a la boca y comenzar a chuparlo con la misma glotonería de un recién nacido buscando leche materna.

Fer mientras tanto acariciaba la cabellera de su compañera, mientras esta chupaba uno de sus pezones y le pellizcaba el otro. Pronto la rubia se dio cuenta de que era su turno de algo de acción y ...