1. El amigo de mi tío


    Fecha: 22/07/2019, Categorías: Gays Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... acariciaba con mis manos y recorría sus inmensos y duros muslos, inicié la separación de su verga y mi boca que seguían unidas por gruesos hilos de baba como si quisieran permanecer unidas.
    
    Jorge me limpió los labios con su pulgar, me besó y me tomó en sus brazos llevándome hasta la cama donde me depositó con cariño para seguir recorriendo mi cuerpo con sus manos, su boca y su lengua; y haciéndome girar se detuvo en mis nalgas separándolas con sus manos y hurgando con su lengua en mi agujerito rosado. Yo suspiraba y gemía de placer con cada lengüetazo y aún más cuando empezó a meterme su lengua en mi ano.
    
    No había prisas ni sobresaltos. Allí jugó largamente con su lengua, sus dedos y su saliva tratando de dilatar lo más posible mi culo para el momento crucial de recibir a su verga en mi interior.
    
    La hizo resbalarse entre mis nalgas mientras la llenaba de su saliva. Yo la sentía como una brasa recorriendo y separando la unión de mis nalgas y volvía a gemir por el gozo que me causaba.
    
    Cuando llegó el momento me volvió a girar boca arriba, me besó y me dijo: "llegó el momento putito, te la voy a meter... ¿estás preparado?" y o le respondí: "es lo que más quiero"
    
    Puso mis piernitas sobre sus robustos hombros, colocó con una mano su cabeza en mis puertas y presionó para entrar. Yo lancé un quejido y se detuvo. Me volvió a besar y volvió a empujar. Yo volví a quejarme y me dijo: "ya está la mitad adentro, falta poquito".
    
    Yo le dije: "me estás haciendo muy felíz" él sonrió y continuó con su tarea de macho hasta que la tuve toda adentro. Se detuvo, recargó lentamente todo su cuerpo sobre mi y yo me sentí completamente suyo.
    
    Me preguntó: "¿te peso?" yo lo besé y le dije: "me encanta sentir tu peso sobre mí, me hace sentir que te pertenezco" Deslicé mis piernas desde sus hombros hasta su cintura y las crucé sobre su espalda y mis brazos hicieron lo mismo sobre su cuello mientras le decía: "ya soy tuyo, dámela toda".
    
    Comenzó a moverse lentamente y a gozar de mi culito mientras yo me dejaba llevar suspirando y gimiendo. Jorge me llevó al séptimo cielo galopando sobre mí. De a poco fue acelerando el ritmo hasta que los dos parecíamos uno, nuestros cuerpos fundidos, transpirando, gimiendo, mirándonos directamente a los ojos mientras que nos gozábamos.
    
    No recuerdo cuánto tiempo estuvimos así, sólo recuerdo cuando me dijo: "ay putito, ay putito divinooo...me vengo, me vengooo" y sentí que me inundaba mi culo con su leche que parecía no terminar nunca. Permanecimos así unos minutos, él sobre mí, abrazados hasta que lentamente fue saliendo de mí con su verga aún erecta.
    
    Estábamos exhaustos. Él se acostó a mi lado, me abrazó y yo apoyé mi cabeza sobre su pecho. Nos quedamos en silencio, acariciándonos. Él encendió un cigarrillo y lo compartimos.
    
    Me dijo: "¡Gracias guachito! no tenés idea de lo que acabás de hacer conmigo"
    
    Yo con curiosidad le pregunté: "¿qué hice?"
    
    "Me acabás de devolver mi hombría..."
    
    Esas palabras las ...