Los secretos de Jota: Nuevo Amanecer (XXI)(Avance) - Relatos Eróticos

Los secretos de Jota: Nuevo Amanecer (XXI)(Avance)

... canalillo de sus pectorales y su musculosa parte interna. Seguidamente cogió el pantalón de un traje que se había puesto para una boda, de color gris oscuro, casi negro y se lo enfundó dejando a la vista sus piernas musculadas y fuertes adheridas a este material. Se metió únicamente media camisa de lino por el pantalón y dejó el otro pico por fuera. Se subió la cremallera y se ató los dos botones del pantalón. La imagen en el espejo le devolvía una cintura dura, gruesa y apretada.

Enfundado en camisa y pantalón fue a su mesilla y cogió su colonía favorita. Un mezcla de olor intenso con toques dulces y a madera. Se echó dos golpes de spray, uno en cada lado del cuello, otro en cada muñeca frotando ambas entre sí y un ultimo golpe de colonia en la americana del armario. La sacó y se la colocó. Iba a conjunto con el pantalón y era elegante a la par que informal y destacaba sus anchos y gruesos hombros así como los músculos de sus brazos. Durante varios minutos decidió si llevarla abierta o cerrada. Se decantó por atarla con el segundo botón contando desde abajo. Eso le marcaba más su pectoral, pero seguía teniendo ese punto informal que no quería perder. Por último se sentó en la cama y se calzó una zapatillas blancas impolutas. Ese contraste era elegante a la par que informal y muy sexy.

Cogió teléfono, cartera, llaves y una caja de caramelos de menta y reservó un Uber. Cuando este llegó a su puerta eran las 20.32. Llegaría justo a tiempo al hotel.

Por su parte, en el hotel, Adrián estaba muy nervioso.Eran las 15.12 de la tarde y Guille acababa de salir de la habitación dirección Valencia. Iba a quedarse durante ese día junto a Adrián. Ese era el plan. Pero lo que recibió mientras estaban juntos en el hotel lo cambió todo. Guille decidió que volvería a Valencia en el tren de las 16.30 y Adrián se propuso a llevarle, pero Guille lo rechazo.

Cuando Guille desapareció, Adrian empezó a ordenar la leonera de habitación que habían dejado y de la maleta sacó el único traje que tenía. Él era más de ropa informal. Pero para aquellas ocasiones prefería enfundarse en sus mejores galas.

¿Le daría tiempo a ordenar aquella habitación de hotel, ducharse, prepararse, vestirse y estar listo para la hora en la que había quedado?

Se tranquilizó y empezó a organizar todo. Llevaba tiempo esperándolo y ya casi lo había dado por perdido.

A Bruno le temblaba un párpado. El izquierdo concretamente. Intentó relajarse y vio que su pierna derecha no paraba de moverse al mismo tiempo que su párpado.

Sin ser consciente estaba utilizando un tono un poco más alto de lo que le hubiera gustado, lo que hizo que el conductor se girara levemente.

Y tenía razón. A las 20.57 Bruno salía del coche dirección a la puerta del hotel.

Abrió el whstapp y escribió.

“Guapo, estoy abajo.”

Al minuto el móvil emitió un pitido y volvió aquel nerviosismo en su pierna. Al menos la ceja estaba descansando.

“Sube. Habitación 402. Te he dejado una cosa a los piel de ...