Los secretos de Jota: Nuevo Amanecer (XXI)(Avance) - Relatos Eróticos

Los secretos de Jota: Nuevo Amanecer (XXI)(Avance)

... camiseta de deporte marcando su preciosa musculatura.

Estaba listo para ir a casa a ducharse. Comúnmente lo hacía en el gym, sobre todo si sudaba tanto, pero como vivía al lado y quería estar perfectamente limpio para su cita decidió correr hasta casa y ducharse allí.

Frente al espejo de su cuarto desnudó su cuerpo prenda a prenda, teniendo casi que despegar su camiseta y sus bóxers de su húmeda piel debido a los litros de sudor. Por ello, aquella ducha de agua templada le sentó tan bien. Seguía notando sus músculos desarrollados y palpitantes y eso le dio buena sensación. Frotó su cuerpo desnudo pasando por hombros, pectoral, brazos, abdomen, culo, rabo y piernas. Intentó no pensar en él para que su rabo no se empezara a poner duro. Eso lo quería reservar si es que la cita terminaba bien. Así que se enjabonó completamente y después deslizó todo aquella espuma adherida a su musculatura con otra ronda de lluvia que le calmó aún más.

Listo. Salió de la ducha, se secó con su toalla blanca y consultó el reloj. Eran casi las 19.50. Fue a la cocina, se tomó el batido de proteínas posterior al entrenamiento, un plátano y volvió a lavarse los dientes. Revisó su cuerpo para que estuviera en perfectas condiciones, y cuando lo ratificó, se dedicó a vestirse lentamente para estar impoluto.

Su obsesión era que después de tanto lío, tantas dudas entre aquellos dos chicos y tanto tiempo sin saber claramente a quién quería por encima del otro, ahora, todo debía salir perfecto. Y él iba a poner toda su meticulosidad en ello.

Abrió el armario y sacó el primer cajón sobre la cama. Eligió unos slips blancos de CalvinKlein. Se los puso. Le quedaban como un guante. Por detrás le abultaban su perfecto trasero redondo y musculoso y por delante marcaban un sugerente paquete con la forma hacia abajo. Incluso podía diferenciarse el glande del resto del tronco. Eran proporcionalmente apretados y cómodos. La imagen de Bruno con aquel slip despertaría en cualquiera que le gustara la figura masculina un deseo irremediable de degustarlo de cabeza a pies.

Sacó el segundo cajón y lo puso también sobre la cama. Entre las decenas de calcetines que tenía cogió unos muy cortos, negros, por debajo del tobillo que con el calzado no se pudieran apreciar. Se los puso y comprobó en el espejo que eran los adecuados.

Confirmado aquello, fue al baño, se echó desodorante en las axilas y volvió al cuarto. De la percha cogió una camisa de lino que aún no había estrenado. Le soltó los botones y se la colocó. Le quedaba perfecta, ajustada marcando hombros y brazos de forma espectacular. Era una camisa que por su tejido dejaba ver muy tenuemente el color de la piel, cosa que confería al look un punto más sexy. Tanto los cuellos, como la hilera donde iban cosidos los botones era de un blanco más intenso que contrarrestaba y daba un juego de efectos interesante. Se abotonó los 4 botones inferiores de color blanco perla y dejo sueltos los tres superiores dejando a la vista el ...