1. Mi sobrinita Melody


    Fecha: 20/07/2019, Categorías: Dominación / BDSM Fantasías Eróticas Incesto Autor: ANON9, Fuente: SexoSinTabues30

    ... voy a hacer con tu juguete —me acosté otra vez en la bañera. Agarré fuerte la botella y la llevé a mi concha, empecé a frotarme con ella. La botella subía y bajaba por mi concha. Gemí fuerte, muy fuerte, tanto que Melody se asustó y saltó en su lugar. Pero no dejó de mirar como me pajeaba.
    
    —Te gusta ver cómo la tía se pajea, yo lo sé.
    
    La tapa de la botella me hacia mal, pero yo seguí frotando, mirando a los ojos de mi sobrinita, sus tetitas y conchita. Mi calentura aumentó. Quería más.
    
    —Date la vuelta —ordené. Obvio, no me entendió.
    
    Dejé la botella y me incorporé otra vez. Melody empezó a llorar. Sabía lo que iba a venir..
    
    La agarré fuerte de las muñecas y la di vuelta. Apoyó sus manos en la bañera y tiró todo su cuerpo hacia atrás, dandome la vista de esa cola de nena. Le pegué, le pegué tan fuerte en el culo que sonó por todo el baño. Sus nalgas se pusieron rojas al instante. Empezó a llorar más. Le pegué otra vez. Seguía llorando, así que agarré su poco pelo y tiré de él haciendo que su cabeza se eche hacia atrás. Ahora estaba mirando su carita al revés.
    
    —Me tenés que hacer caso, por eso te pego… Cierto que no entendés —Me reí. Dejé su pelo y la empecé a ahorcar. Yo sé que a la puta le gustaba por más que su llanto aumentó. Le apreté tan fuerte el cuello que su cara estaba roja. Se lo seguí apretando a la vez que acerqué mis labios a los suyos y la besé. Le metí la lengua, mordí cada uno de sus labios y se la escupí. Apreté con poco más su cuello y la dejé.
    
    —Quedate como estás —le dije a la vez que me volvía a acostar en la bañera, sonreí cuando Melody se quedó en su lugar, dada vuelta, mostrandome su cola. Seguía llorando.
    
    Me empecé a pajear otra vez, mirando ese culo y esa conchita. Así estuve unos minutos hasta que decidí que era hora de que Melody cambie de postura. La senté y la dejé como estaba antes, abierta de piernas y mirándome. Me acosté otra vez yo y con el dedo índice le indiqué que se acerque. No lo hizo.
    
    No estaba tan lejos de mi así que estiré mi brazo y la agarre del cuello, haciendo que su carita quede a la altura de mi concha. Y sin decirle nada, hundí su cara en mi concha. Ella seguía llorando. Apreté más su cabeza y me empecé a frotar. Me estaba frotando con la cara de mi sobrinita de cuatro años. No me importó si se estaba ahogando. Alcé mis caderas y seguí frotando mi concha en su carita.
    
    —Ay si putita si, me encanta, me encanta —gemí.
    
    Después de unos minutos, la empujé hacia atrás con una pierna y se quedó sentada. Su cara estaba llena de mis fluidos.
    
    Estiré más mi pierna y alcancé su conchita. O si, puta, te voy a pajear con mi pie. Mientras me metía la botella en el culo hasta el fondo acostada en la bañera, empecé a masturbar a Melody con mi pie.
    
    Ella lloraba, por qué no disfrutaba? Si le estaba haciendo lo más rico del mundo. Le seguí frotando el pie en su conchita. Aumenté la botella en mi culo y gemi más fuerte.
    
    —Sí sì sí sí, puta puta—le decía. La puta lloraba en vez de ...