1. Adorado hijo


    Fecha: 20/07/2019, Categorías: Incesto Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... lo hecho, hecho esta.
    
    Los días subsiguientes fueron un infierno, a pesar de que mi hijo me traía flores y obsequios, me era imposible mirarlo a los ojos, me dejaba notas a las que no contestaba, sabía que él no era el culpable sino yo, con ese deseo lascivo e indebido.
    
    Pasaron más de dos semanas donde trataba de tener el mínimo contacto con mi hijo, se que estaba intentando preservar algo, no podía dejar de estimularme al recordar su pene erecto en mi boca, hasta llegue a masturbarme, algo que si bien no practicaba comencé a practicarlo mas frecuentemente.
    
    Una noche sonó el teléfono, era una urgencia que requerían a mi marido, mientras se vestía, traté de levantarme para prepararle algo, pero me dice:
    
    - “Es las tres de la mañana sigue durmiendo”
    
    Permanecí en la cama, esperando a que se fuese, apenas lo hizo, me levante para dirigirme a la habitación de mi hijo. No sabía bien que le diría, lo desperté suavemente y me senté en su cama, quería aclarar lo sucedido aquella noche y mi forma de actuar ante el.
    
    Cuando se despierta, me mira asombrado, y le digo:
    
    - “No te asustes, quiero decirte algo, antes que nada lo que hice contigo, no es propio de una madre, he actuado así últimamente, porque estaba totalmente avergonzada de mi actuación de aquella noche”
    
    -
    
    - “Quiero que esto termine sin perjudicarnos más, me lastima tanto hacerte daño de esta manera, me lastima ya no verte, cómo te alejas, me lastima mucho no hablarte, pero como te lo dije eso que pasó estuvo muy mal, fue una atrocidad lo que pasó, no tuvo que haber sucedido”,
    
    Y así continué hablando tratando de disculparme por lo de esa vez, cuando pone sus dedos en mi boca y me dice:
    
    - “Cállate madre, fue lo más hermoso que sentí en mi vida, no dejo de recordar ese momento, tus manos tocando mi sexo, y tu boca besándolo”
    
    - “Pero eso no es normal, eres mi hijo, mi propia sangre” le contesto algo avergonzada.
    
    -
    
    Y así continuo la conversación, apoyando su mano en mis rodillas, acariciando parte de mi muslo, hasta que me dice:
    
    - “Me encantaría devolverte ese favor, hacerte sentir mujer, que te permitas romper esa prohibición que nos impone la sociedad”
    
    -
    
    Realmente no sabía qué hacer, no niego que me agradaba esa proposición, sentí por vez primera como si mariposas aleteaban en mi estomago, a la vez que mis pulsaciones aumentaban, en el momento que me hace acostar sobre la cama, levantando levemente mi camisón, diciéndome:
    
    - “Déjate llevar, déjame hacerte gozar, y hacerte lo que nadie te ha dado ”
    
    -
    
    Sin decir nada traté de relajarme, mientras levantaba mas mi camisón, y sus manos acariciaban mi abdomen, pasando por mi ingle, rosando mi vagina a través de mi calzoncito. Sus manos exploraban mi zona prohibida, excitando mi cuerpo, cuando sentí que mi prenda era desplazada suavemente. Sabía que eso no debía de ser, pero nunca había sentido algo así en mi vida, permitiendo que continuase con su objetivo.
    
    .
    
    Al estar mi zona intima descubierta, ...
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