1. Viaje de un jubilado (De vuelta en España) 33


    Fecha: 19/07/2019, Categorías: Incesto Autor: tauro47, Fuente: TodoRelatos

    ... podían acceder.
    
    Lo cierto fue que terminamos hartos de comida y bebida, de las mesas cercanas me dedicaban ánimos, con pulgares arriba, incluso por el micrófono alguien contó lo que me pasó por complacer a mi nieto, y todos aplaudieron bautizándome “Pepe, el polizón”.
    
    La siesta se imponía, el barco ronroneaba debajo de nuestros pies, apenas se notaba porque el mar parecía una balsa de aceite, al no tener referencia de nada parecía que no se movía pero la estela de espuma a popa demostraba que íbamos a buena marcha.
    
    En cuanto se cerró la puerta del camarote de las mujeres me di cuenta de que la cosa se ponía seria, con la mirada busqué un sofá o algo parecido para echarme, pero la llamada de Viviana me hizo comprender la situación, las dos ya estaban sobre las sábanas una a cada lado de la súper cama, me dejaban al medio, que todavía seguía siendo mucho.
    
    Lo más interesante era que las dos tenía la misma excusa, se habían quemado del sol, así que… un frasco de crema, ya abierto, me esperaba en mi sitio, desde entonces ya sabía mi cometido…
    
    En un principio pensé que empezaría por la más afectada, Marta era la que estaba más encendida, luego Viviana recibiría otra tanda, pero las dos se pusieron de acuerdo y al momento sus prendas desaparecieron y las dos quedaron a la espera de mis manos untadas de crema.
    
    No quise demostrar lo que pensaba y subí a la cama como si fuera un cirujano que se disponía a operar a alguien a corazón abierto, para demostrar mi“agilidad”hice crujir mis nudillos demostrando que iba en serio. Y tan en serio, ya que las dos se quedaron de cara arriba, ya que no disimularon poniéndose primero de espaldas, sino con las tetas mirando al techo, sobre todo Marta que parecían embudos al viento, coronadas por los pezones color naranja.
    
    Viviana miraba de reojo, comparando las tetas de ambas, las suyas estaban separadas y se deslizaban hacia los lados, aunque ella juntaba los brazos para reunirlas más. Cuando tomé el bote con la crema las dos suspiraron, preparándose al masaje.
    
    Mi intención consistía en repartir crema por la zona“quemada” y así lo hice, evitaba tocar la piel todavía blanca que cubrió el bikini, pues no había razón de protegerla, hasta que Viviana se dio cuenta y me aclaró un detalle.
    
    Ya estaba todo dicho, y muy claro, Marta estaba al día de todo, o por lo menos quería estarlo también. Sabiendo esto, ya me puse“fresco” como ellas, no había necesidad de pasar calor, y aunque había aire acondicionado presentía que íbamos a sudar.
    
    El cuerpo menudo de Marta se acopló sobre la sábana preparada a recibir su ración, me arrodillé delante de ella, preferí empezar por lo pies, no quería demostrar que me gustaba a rabiar, así que me dediqué a dedo por dedo irla impregnando de crema, no me daba lástima, porque el bote era tamaño gigante y sobraba para las dos o más.
    
    En el momento que metí mis dedos entre los suyos de los pies sus piernas se fueron separando, con curiosidad miré hacia arriba y observé ...
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