Tu, mi complemento perfecto 21 - Relatos Eróticos

Tu, mi complemento perfecto 21

... tiempo que se marchó.

Mientras la vi alejarse, recordé que otras de las cosas que hice, luego de recuperar la casa de mis padres, fue llenar una solicitud de custodia ante la corte, pero con el paso de los días, tuve que ponerme en contacto con un abogado de la ley familiar. Un abogado que no fue para nada sencillo costear, pero sabía que el esfuerzo, valdría la pena, porque lograría qué mi hermano estuviese a mi cuidado.

Pese a que mi amiga pensara que fuese un proceso sencillo por ser la única pariente que le quedaba, su idea, estaba muy alejada de la realidad. Porque no bastaba con ser su hermana, sino que el juez debía determinar si yo era capaz de brindarle a mi hermano un hogar estable, tanto emocionalmente, como financiera y físicamente. Después de todo, la sociedad y cualquier juzgado, demandaba que esos simples factores, eran las mejores probabilidades que tiene un niño de crecer y desarrollarse de manera saludable.

Aunque yo no estaba de acuerdo, pues para mí, criar un niño, involucraban muchas más cosas que esos tres factores, especialmente, involucraba amor y cariño. Entre el papeleo y una espera continúa, llegó el día en que debía asistir a la audiencia que impuso el juez.

Quién examino todos los papeles que le suministro mi abogado y escuchó cada testimonio de las personas que formaban parte de mi entorno, hasta un tutor de la residencia de acogida asistió para testificar a mi favor y expresó; que mientras estuve en aquel lugar, realicé algunas labores educativas con los pequeños y ayudé en varias ocasiones en el área administrativa organizando los papeles de los niños que ingresaban. Aquello me sirvió de mucho, pues el juez no le quedó de otra, que darme la custodia de mi hermano y me hizo juramentar que daría todo de mí, para que Eliott tuviese un lugar saludable y feliz.

—¿Nos vamos? —enunció Charlie.

Mis ojos se fijaron en aquella silueta que portaba un vaquero ajustado y una blusa de color blanco, un look que se consigue sin esfuerzo y es que nunca he entendido cómo es que mi chica lograba escoger un par de prendas del armario y lucir preciosa. Mientras que yo, debía analizar qué blusa combina con tal pantalón y viceversa, por no mencionar el calzado, porque ese era otro dilema.

—No, espera —dije, al dirigirme a la cocina y empacar su desayuno.

Una vez que todo estuvo listo, salimos para encontrarnos con Anders. El conocido de mi novia que nos llevaría a la residencia de acogida. En el camino, Charlie me estuvo preguntando que, si a Eliott aún le gustaban los videojuegos, ya que hace unos días le había comprado uno para que jugara durante las noches, tal como solía hacerlo en los viejos tiempos, mientras que yo le conté que me gustaría que emprendiéramos un viaje a un pueblo o una ciudad cercana para retomar nuestra tradición como pareja.

También estuvimos conversando sobre el esfuerzo y la disposición de ánimos que pondríamos de ahora en adelante para que la rutina no nos aplastara e intentaríamos ...