Gloria: una historia de sumisión (Tercera parte) - Relatos Eróticos

Gloria: una historia de sumisión (Tercera parte)

... al estar controlada por ese hombre; no obstante, aún no sabía muy bien como actuar con su marido.

Un par de horas después del mensaje de Rubén, y mientras Gloria lavaba los trastes, la puerta se abrió y escuchó entrar a Mario, caminaba arrastrando los pies. Gloria sintió cómo su corazón comenzó a latir muy rápido, así que respiró profundamente un par veces, cerró los ojos mientras lo hacía, enjuagó los último trastes y cerró la llave del grifo, se secó las manos y salió de la cocina, con una sonrisa que solamente un experto podría haber notado que era falsa y que en realidad le ayudaba a encubrir el dolor que sentía por dentro.

- Hola amor ¿Cómo te fue en el trabajo? - dijo Gloria mientras se acercaba a su hombre y le daba un gran beso en los labios. Mario se quedó de piedra al ver aquella reacción, estaba completamente desconcertado, todo el camino de regreso a casa la pasó esperando gritos, lágrimas y recriminaciones de su esposa, sabía que ella había visto el video y Rubén le afirmó que él, Mario, le había pedido que lo grabara y lo mandara a su esposa - siéntate mi vida, dame unos minutos para calentar la comida y ya te sirvo - no entendía cómo Gloria podía tratarlo así después de lo que hizo.

Minutos después Gloria regresó de la cocina con un gran plato humeante, que contenía un filete de res, papas fritas y un poco de arroz, la comida favorita de Mario. No pudo hacer más que sentirse miserable por ser un hombre tan despreciable mientras su mujer le seguía demostrando lo mucho que lo quería.

- Buen provecho amor - dijo Gloria y se dispuso a irse pero Mario tomó su mano. Ambos se quedaron quietos, Gloria parada mirando a la cocina, dando la espalada a su esposo, él estaba sentado con la cabeza baja, tratando de deshacer el nudo en su garganta.

- Sé que viste el video, por favor dime algo, dame un golpe si quieres, grítame, pero no finjas más que no lo viste, por favor Gloria - ella tragó saliva, respiró profundo, giró en sus talones, tomó una silla al lado de Mario, la corrió y se sentó, tomó la mano de su esposo y la besó.

- ¿Estabas consciente de lo que hacías? - preguntó Gloria a su esposo mirándolo con firmeza pero ternura, ella tenía los ojos rojos al igual que él.

- No, no lo estaba, tomamos algunas copas antes, en realidad ni siquiera recuerdo nada de lo que paso, solo me desperté desnudo en el sillón y Mi jefe estaba teniendo sexo con esa chica. Mi amor te prometo que… - Gloria le puso un dedo en los labios.

- Come mi cielo, se enfría tu comida; no puedo decir que no me molestó, pero cuando vi que estabas inconsciente supe que seguramente habías bebido de más, nunca has tolerado mucho el alcohol, anda, come y platicaremos más tarde.

Gloria se fue a la cocina temblando, recargó una de sus manos encima de la tarja y tapó con la otra su boca para acallar el sonido de sus sollozos mientras derramaba algunas lágrimas. Mario terminó de comer poco tiempo después, fue a la cocina y él mismo lavó sus trastes mientras ...