1. Mi cita a ciegas con una actriz porno (I)


    Fecha: 18/07/2019, Categorías: Grandes Series, Autor: Chico Lozano, Fuente: TodoRelatos

    Hacía tres meses que había roto con Angelita, mi novia desde los 14 años. Toda una vida juntos, una de esas relaciones antiguas que parecía que terminaría en el altar, estrenando piso y el ajuar que ya le tenían preparando mis suegros, formando una familia... pero no. Al poco de entrar en la Universidad nos habíamos ido distanciando tanto, pero tanto, que al final ella terminó liándose con otro. Me lo confesó, rompimos y tan amigos. Bueno, tan amigos unos cuantos meses después, pero ésa es otra historia...
    
    El caso es que había pasado tiempo más que suficiente para dejar atrás el luto de la ruptura. Mi problema era que no había conocido a más mujer que Angelita, salvo el bendito porno al que de cuando en cuando recurría para mis desahogos. No sabía muy bien cómo relacionarme con el sexo opuesto, y eso que tras volver a verme soltero había vuelto a caer en la cuenta de cuántos peces había en el mar... y qué cañonas estaban. Sobre todo en mi facultad, aquello era una locura.
    
    La verdad, estando con Angelita no había tenido ojos para otras mujeres, salvo aquellos amoríos platónicos que protagonizaban los vídeos con los que saciaba mi intimidad. Me costaba entablar relación con las chicas. Y para colmo, la historia de la infidelidad se había hecho pública gracias a mis queridos amigos, tan discretos ellos. Corría por ahí y hacía que tanto conocidas como desconocidas me miraran con una lástima que, la verdad, le quitaba todo el morbo al asunto. Así que no encontraba la manera de salir de un extraño pozo en el que se juntaban el dolor de la ruptura y una falta de autoestima considerable, aunque uno no estuviera de mal ver: moreno, ojos castaños, alto y atlético por mi afición al atletismo. Una afición compartida por casi nadie, lo sé. Eso de raro que tengo.
    
    Así que empecé con lo de las citas a ciegas. Bueno, antes lo intenté con Tinder porque estaba de moda, pero no me fue muy bien. Conseguíamatchs, pero en cuanto empezaba a chatear descubría que ellas no estaban en la misma sintonía que yo. En mi caso, buscaba algo poco serio, para divertirme y quitarme la espina de una relación de tantos años. Creía que para eso era Tinder. Sin embargo, las chicas con las que coincidía buscaban amistades o iniciar nuevas relaciones más profundas. Así que terminé desistiendo y entonces Fabián, uno de aquellos amigos que habían difundido mi situación entre otros compañeros de clase, me regaló un mes pagado en una de estas agencias amorosas. Ciego Cupido, se llamaba, ¡qué original...! Me parecía algo bastante antiguo, de gente más mayor que yo, pero era su forma de desquitarse. Y total, pensé que no me iba a costar nada, así que accedí y me inscribieron en su base de datos aunque estuviera convencido de que aquello tampoco iba a funcionar.
    
    Pasó una semana, hasta que me llamaron. Me hablaron de una chica de mi edad (22), me comentaron unos cuantos datos que les habría dado ella tal y como hice yo (que le gustaban los animales, la naturaleza, hacer deporte...), ...
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