1. La sobrina del bajá. Capítulo 1. Parte 1


    Fecha: 01/10/2022, Categorías: Lesbianas Autor: Zyang, Fuente: TodoRelatos

    ... firmeza para indicarle que no debía acercarse más), la guerrera turca pudo apreciar el rubio vello que cubría sutilmente la piel de la esclava pálida, en los brazos, la barriga y las piernas.
    
    - Levanta los brazos.
    
    Los pechos de la esclava se realzaron cuando elevó los brazos por encima de su cabeza. Haradja pudo comprobar fascinada que en las axilas también mostraba un vello finísimo, casi transparente, pegado a la piel por el sudor de la noche mediterránea. Haradja acercó su rostro y pudo ver cómo la piel de la esclava se le erizaba con la proximidad de la capitana turca. Además, notaba cómo los bálsamos y perfumes que se aplicaban diariamente a los cautivos no podían cubrir el salvaje aroma corporal que la muchacha emitía. Aunque sabía que los otros capitanes turcos no aguantaban ese olor en las mujeres que capturaban, y por ello las dejaban como botín de guerra a subalternos de rango inferior, Haradja sintió cómo la humedad entre las piernas aumentaba, haciendo que la tela de seda se pegara a los muslos.
    
    - ¿Todas las cristianas emitís un olor tan penetrante? ¿Tan …– Haradja aspiró con fuerza, dilatando las fosas nasales para sumergirse en el aroma - embriagador? Puedes hablar con libertad – añadió, al ver que la esclava mantenía la boca cerrada.
    
    - No, señora. Dado que mandasteis por mí, no me dio tiempo a darme un baño completo. Sólo a lavarme los genitales.
    
    - Bien – la turca se recostó de nuevo en los cojines, jugueteando con la cinta que mantenía cerrada la bata -. ¿Qué me dices del cuerpo? ¿Suelen mostrar un cuerpo tan preparado para el placer?
    
    - Tampoco. Algunas son gordas, otras delgadas. Unas bajas, otras altas. Algunas con los pechos caídos, otras con los pechos firmes, con pechos pequeños o con pechos grandes. Viejas o jóvenes.
    
    Alessia empezaba a cubrir su desnudez, pero Haradja volvió a incorporarse y le apartó los brazos con violencia. Luego empezó a recorrer las líneas que los músculos marcaban en su cuerpo con una uña que más parecía una garra, alrededor de los pechos y descendiendo hasta el ombligo.
    
    - Pero seguro que el Capitán Tormenta es más parecida a ti – apretó la uña contra la piel, dejando un surco enrojecido. La esclava no se quejó ni pareció inmutarse cuando Haradja le miró desafiante a los ojos -. ¿Qué me dices del vello? ¿Las cristianas soléis eliminarlo, o como tú lo dejáis al natural?
    
    - También depende, señora. Algunas gustan de depilarse si lo tienen muy abundante. En mi caso, no creí que hiciera falta rasurarlo, pero si deseáis que lo haga, sólo tenéis que pedírmelo.
    
    Haradja se excitó con la idea de ser ella quien manejara la navaja para quitar el vello del cuerpo de la esclava, aunque verla al natural también le parecía extrañamente atractivo. Tiró de la cinta y la bata se abrió al echarse hacia atrás, mostrando su cuerpo. Extendió como por descuido las piernas dejando que la esclava pudiera admirar las piernas musculosas y el triángulo de vello negro y erizado allí donde ambas ...
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