1. Recuerdos de hermanos 4


    Fecha: 01/10/2022, Categorías: Incesto Intercambios Lesbianas Autor: Edwardo2, Fuente: SexoSinTabues30

    ... viendo tantos culos, ni demuestres tu impaciencia por ver encueradas a las tres ninfas y coger.
    
    – ¡Yo impaciente!, ¿Acaso me conoces, hermanita?, mejor vamos a apurarnos.
    
    Incrédulo de lo que le decía, se apresuró a asomarse por el ventanal de la recámara sin siquiera demostrar cierto pudor, aunque ellos no podían ver desde ese ángulo su verga toda erecta. ¡Qué pena con los tíos, y con las muchachas, ya no podríamos seguir fingiendo que no había nada más que una lasciva relación incestuosa entre mi hermano y yo!
    
    Por mi parte ni en el más calenturiento de mis sueños, habría jamás pensado en la maravillosa oportunidad que se abría ahora ante nuestros horizontes. Era algo realmente inesperado que todo se abriera de la forma en la que se estaban dando las cosas.
    
    Sin pensar en nada más que en salir y abrirnos de capa por fin todos, abrí apresuradamente la llave de la regadera. Mi hermano ni siquiera se encargó de enjabonarme como otras veces, cada quien nos bañamos tan de prisa como pudimos. Edgar me miraba incrédulo con su verga crecida a tope, señalando hacía el techo tal y como mis pezones también estaban erguidos viendo hacía la misma dirección. Ni pudimos secamos lo suficiente pues el corazón por lo menos a mí, me latía al mil por hora, salimos presurosos así sin más.
    
    Al verlos ya se notaban ansiosos, esperándonos. No salí de mi asombro al ver cómo la tía Luzma y el tío Carlos se estaban besando en la boca delante de nosotros, cómo para demostrar que también ellos tenían los mismos gustos que nosotros yo no sabía cómo entrar, pero Frida y Karla nos tomaron de la mano a mi hermano y a mí. Los pechos de las mellizas se movían graciosamente, al igual que los míos, solo se sonreían entre ellas viendo el pene bien erecto de mi hermano columpiándose.
    
    No sabía si empezar con mi tío o con mi tía, pero algo de lucidez entró en mi cerebro y me hicieron un lugarcito para sentarme en medio de ellos, vi cómo mi tía me miraba con verdaderas ansias de mujer y sin pensarlo más me acerqué a la boca de ella y comenzó una danza impresionante de lenguas entre nosotras. No veía nada más que sus pechos con pezones iguales a los míos, cómo había dicho, muy de familia como ahora también lo eran sin duda alguna nuestras preferencias sexuales. Se los acariciaba a la vez que acariciaba los pechos de Karla una de las gemelas, presta a confundir mi boca entre sus piernas que mostraban una vulva poblada de un vello púbico ensortijado tan espeso como una selva negra, con sus labios vaginales tan hinchados de deseo tal y como ya estaban los míos, derramando sus jugos de placer.
    
    – Bienvenida a casa, sobrina. Esperaba este momento con verdaderas ansías, pero no hallaba la forma y se nos ocurrió a mi hermano Carlos y a mí que fuera ésta.
    
    – Bienvenida sobrina, espero que te sientas cómoda con tu tía y conmigo -me dijo el tío Carlos metiendo uno de sus dedos en mi vagina, al tiempo que me besaba en la boca compartiendo su lengua con la de su hermana y la mía ...
«1234...7»