1. Algo en el Aire


    Fecha: 16/07/2019, Categorías: Dominación / BDSM Autor: jessmartin, Fuente: TodoRelatos

    ... ayer.
    
    “Querías que Anthony me follase, qué me tratase igual que a ti;” le digo dándole una bofetada. “Cuando acabe contigo nadie va a querer follarte;” le grito.
    
    Lo primero que cojo de la mesa es la pistola de perforar, que ya se manejar de la granja de mis padres y que he utilizado numerosas veces para etiquetar al ganado. Antes de que se le pase el dolor de la primera perforación, Esther luce cuatro anillos en su cuerpo, en su nariz, sus pezones y su clítoris.
    
    Lo siguiente que cojo de la mesa es una maquina láser de depilar, que empiezo a aplicar a la larga melena de Esther, que al sentir como su cabello empieza a caer por sus brazos comienza a sollozar, al colocarme detrás de ellas para continuar cortándola el pelo, me doy cuenta de que justo enfrente hay un espejo de cuerpo entero que le permite ver a la nueva esclava todo lo que le está ocurriendo.
    
    Cuando voy a coger la jeringuilla, veo otro objeto a su lado, lo cojo para observarlo y me doy cuenta de que es una máquina de tatuar, bueno más bien de marcar, puedes configurar palabras o imágenes y marcarlas con calor en la piel de la nueva esclava. Recuerdo algunas imágenes que he visto estos días en los vídeos y configuro la máquina.
    
    Sí cuatro son los piercings que coloqué a Esther hace unos minutos, cuatro son los tatuajes que coloco en su cuerpo, el código de barras y su número de esclava en la base de su cuello, una hucow sonriente en la base de su espalda, y dos cuernos negros en su cabeza afeitada. Nada más acabar de tatuarle, agarro la jeringuilla, pero antes le retiro la mordaza.
    
    “Por favor Becky;” comienza a suplicarme, “Te juro que no iba a decirle a Anthony quien eras.”
    
    Ignoro las súplicas de Esther y clavo la jeringuilla en uno de sus pechos, inyectándole la mitad del contenido, sacándola y clavándola en el otro pecho hasta dejarla vacía.
    
    Los ojos de Esther se ponen de repente en blanco, y noto como todo su cuerpo comienza a convulsionar. Ante mi vista sus tetas comienzan a crecer hasta convertirse en dos enormes ubres que fuerzan su cuerpo hacia adelante. Sorprendida por el funcionamiento del suero paso mis dedos por los pezones de las nuevas tetas, e inmediatamente Esther estalla en el orgasmo.
    
    “¡Joder!” exclamo, “Tiene que ser una tortura ser continuamente ordeñada.”
    
    Miro el reloj y veo que quedan quince minutos para las doce, me alejo de Esther no sin antes colocarla en sus pezones unas pinzas vibradoras que encuentro en uno de sus cajones, provocándole un orgasmo tras otro. Me subo a la cama y me coloco de rodillas esperando a Thomas.
    
    A las doce en punto Thomas abre la puerta y se dirige directamente a mí con un collar en la mano, ni siquiera mira a Esther como si ya supiese lo que ha pasado. Se coloca delante de mí y sin decirme nada cierra el collar alrededor de mi cuello y me empuja contra la cama.
    
    Sin perder tiempo libera su polla de los pantalones y comienza a follarme, la fuerza con la que me penetra rompiendo mi virginidad hace que ...