1. Capítulo 5: ¿Beber la orina de mi hermanito? Sí, por favor.


    Fecha: 08/09/2022, Categorías: Fetichismo Gays Incesto Autor: Lov3sick, Fuente: SexoSinTabues30

    ... decidí comenzar a empujar uno de mis dedos. Al principio, Dani se asustó un poco; pero al mostrarle que lo haría lentamente, fue cediendo poco a poco. Mantenía mi dedo en la entrada de su ano, al tiempo que lo llenaba de saliva y lamidas jugosas. Entonces, comenzó a entrar y Dani sólo un pequeño quejido.
    
    Decidí detenerme y seguir lamiendo su culito. Pero la dilatación ya era evidente, por lo que volví a meter la punta de mi dedo que poco a poco se iba introduciendo más dentro del recto de mi hermano. Con el fin de darle más placer, comencé a chupar su penecito al tiempo que terminaba de meter mi dedo completamente en su ano. Dani comenzó a gemir cada vez más alto, casi como si no pudiera controlarlo. Sabía que no podía hacer que mi bebé eyaculara, pero quizá sí podía llevarlo al orgasmo y me determiné a lograrlo. Seguí mi baño de lengua a su pito, mientras comenzaba a mover mi dedo dentro de su recto. Ahora, años después, entiendo que probablemente estaba tocando su próstata y era esa la razón de sus incontrolables gemidos. En aquel momento no sabía eso, pero claramente la lujuria de mi hermanito de 7 años me volvía loco como un animal. Decidí aumentar la intensidad tanto de mis chupadas, como del movimiento de mi dedo en su ano. Hasta que Dani comenzó casi a gritar de placer. Súbitamente se incorporó, haciendo mi dedo saliera produciendo un tierno sonido húmedo y mis labios dejaran escapar su pequeño mástil. Entonces se lanzó a mi cara y ya no intentaba besarme, simplemente lamía dentro y fuera mi boca, completamente llevado por el deseo de su primer orgasmo. Luego de unos segundos, se reclinó sobre y al notarlo, me recosté en el sofá haciendo que su cuerpo quedara sobre el mío. Su respiración era tan agitada como si hubiese corrido una maratón.
    
    Sin darnos cuenta, la noche había caído. Una vez Dani que se recuperó, lo cubrí con su bata de pijama para evitar que el frío de la noche le produjera algún resfriado. Preparé leche tibia para ambos y nos fuimos a nuestra habitación. Yo seguía completamente desnudo, pues como ya dije, las noches de verano suelen ser cálidas.
    
    Obviamente, no me pude resistir a sus peticiones y accedí a saltarnos el baño nuevamente. Dani se quitó la bata rápidamente y saltó a mi cama, con la intención de pegarse a mi cuerpo para dormir. Rodeé su desnudez con la mía, al tiempo que rodeó mi cintura con sus delgadas piernitas y comenzamos a besarnos apasionadamente. Tal como las veces anteriores, nuestras bocas se fusionaban en los besos más jugosamente mojadas pudieran existir. Nuestras lenguas batallaban por supremacía, mientras jugábamos a intercambiar salivas. Succionar su lengua y labios dentro de mi boca era como chupar un mango, con la diferencia de que esto era mucho más dulce y placentero. Al tener sus piernas rodeando mi cintura, me daba espacio perfecto para juguetear con mi dedo húmedo en la entrada de su ano. De tanto en tanto volvía a chupar mi dedo tanto para humedecerlo, como para saborear la esencia ...