1. Un castigo en la granja (2)


    Fecha: 14/07/2019, Categorías: Incesto Autor: Alfonso, Fuente: TodoRelatos

    La primera noche en la sala
    
    Continuamos por el establo enseñándome las labores fáciles diciéndome las que tendría que hacer cada día. En una granja no existen los fines de semana completos los animales necesitan cuidados todos los días.
    
    - Mañana que es sábado bajaremos al pueblo y te enseño el único bar que hay, aunque solo hay viejos, jajaja! Los más jóvenes son los que lo llevan, Carmen que tiene treinta y su marido Juan de cuarenta, pero son majos y divertidos.
    
    “Pues que ilusión!” Pensé intentando sonreír para que no se notara la jodida decepción que se manifestaba en mi mente.
    
    Ya anochecía cuando regresamos a la casa.
    
    - Mañana te enseñaré el pajar, donde guardamos el grano y el forraje para el invierno y nos daremos una vuelta por los alrededores para que veas lo bonito que es el paisaje!
    
    “Seguro que es preciso, lleno de arbolitos y piedras!” Pensé burlándome de mi mismo.
    
    Nos duchamos por turnos antes cenar para quitarnos el atrapante olor animal. Cuando estaba yo en la ducha pensé en las hermosas tetas que me había enseñado mi prima, e instintivamente me toqué el miembro que enseguida cogió algo de erección. Estaba intentando imaginármela desnuda, cuando Laura abrió la puerta del baño.
    
    - Si necesitas algo dímelo!
    
    Me quedé atascado unos segundos con la polla en la mano mientras el agua caía por mi cuerpo. La mampara era translúcida, pero se podía ver perfectamente la silueta del cuerpo.
    
    - Si, si! No me hace falta nada!
    
    Pensé si habría podido distinguir que tenía la polla en la mano. Esa chica parecía no cortarse con nada.
    
    Salí del baño al pasillo y oí a mi tía gritar que ya estaba la cena. Me metí deprisa en mi habitación y me puse los pantalones y una camiseta. Al salir de nuevo, Laura parecía estar esperándome en el pasillo. Se había puesto una falda de vuelo que le llegaba casi hasta las rodillas y una camiseta ceñida. “Madre mía! Que tetas!” Fue lo primero que pensé al ver cómo se le marcaban. La verdad que a pesar de tener una constitución fuerte, tenía unas curvas muy sensuales. Su cintura era estrecha y se abría para marcar grandes caderas con unas piernas muy bien contorneadas. “Joder, que cambio!” Fue mi segundo pensamiento al mirarla de arriba a abajo.
    
    - Que bien sienta la ducha, eh! Me dijo con una amplía sonrisa que no supe definir.
    
    - Pues si, y sobre todo ponerse otra ropa!
    
    Le contesté sin poder evitar mirarla de nuevo al completo.
    
    - Jajaja! Es que la ropa de trabajo es muy fea, pero a ti te sienta bien el mono! Eres muy guapo!
    
    Creo que tenía la capacidad de ponerme colorado con sus frases naturales.
    
    - Tu también… estás muy bien, prima!
    
    Le respondí utilizando el apelativo familiar.
    
    Antes de bajar me enseñó el cuarto donde estaba el sofá con la chimenea.
    
    - Si quieres, después venimos para charlar un rato y te enseño fotos. Ya verás lo bien que se está aquí!
    
    Asentí con la cabeza y bajamos a cenar. Cecilia ya había bajado, y también se había vestido de persona, como ...
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