Relaciones callejeras - Relatos Eróticos

Relaciones callejeras

... acudí puntual bien arreglada pero no hubo nada de trabajo, salí con bronca de regreso porque inventaba en mi casa tener horas extras en el trabajo para poder hacer mi travesura.

Al día siguiente volví y decidí llevar un vestido negro ligeramente pegado al cuerpo, de escote redondo, manga corta y a medio muslo, me hice una cola de caballo, usé maquillaje ligero y unos huaraches de correas, de interior llevaba una tanga azul satinada y un bra de push up del mismo color, no conocía bien la zona así que me fui discreta. Llegó un señor de unos 40 años, moreno, algo panzón vestía oberol de una empresa cervecera de la ciudad. "Ahí esta la nueva, se llama Paloma", dijo la encargada. El tipo accedió y me llevó a una habitación, apenas cerró la puerta y sin preámbulo me sacó el vestido y me tumbó en la cama, se abalanzó sobre mi y comenzó a manosearme las tetas, las llenaba de saliva y me sacó el sostén, hurgaba mi cuello, marcó mi seno izquierdo con sus dientes. Olía a sudor, era tosco, sus manos estaban rasposas, sin sacarme la tanga metía sus dedos enmedio de mis nalgas y mi raja, mi zona ya estaba húmeda, él era un toro, estaba como loco magreando mi cuerpo sin más, yo me dejaba hacer. De pronto se detuvo y se desabrochó el cierre del oberol, me tiró de la cola de caballo y me dirigió a su pene, olía a orines, tenía mucho vello y los sentía en mi cara mientras succionaba ese pene gordo, más alla de succionar, era un mete saca por parte de él, finalmente se corrió dentro de mi boca mas no sacó su miebro así que tuve que tragar todo el fluido, cosa que se hacer en automático, el tipo no se salía y yo me quedé quieta sin saber que hacer. Finalmente se salió, tomó mi vestido y se limpió sus partes mientras yo lo veía con cara de incredulidad, se cerró el cierre y se marchó. Yo me quedé de rodillas en el piso analizando la situación, me acababan de usar de manera fugaz y dura sin siquiera escuchar la voz del hombre.

No se me ocurrió hacer otra cosa que vestirme y limpiar mi vestido, me sentía extraña, como sucia, nunca antes me había sentido así y vaya que había pasado por situaciones muy difíciles con otros hombres. Sin tocar, entró doña Luisa, una de las encargadas: "niña ahí esta otro tipo, lo quieres o que?". Le respondí que si pero que tenía que limpiarme bien pero ella me dijo que así estaba bien ya que se necesitaba hacerlo rápido.

El tipo básicamente quería que le bailara para seducirlo y me llevaron a otra habitación, más pequeña con un tubo y ambiente con pocas luces, él ya estaba ahí, doña Luisa cerró la puerta sin decir nada. El tipo estaba bien vestido, tipo ejecutivo, canoso, muy blanco pero no muy alto y era un poco gordo, no estaba acostumbrada a este tipo de hombres pero en menos de media hora ya era el segundo de este tipo, el señor me dijo que bailara y sabiendo donde estaba así lo hice, era música electrónica así que me moví lo mejor que pude como en un antro, contorneando mi cuerpo, sonriente, dejando ver el interior de mi ...