Relaciones callejeras - Relatos Eróticos

Relaciones callejeras

Hola a todos, aquí de nuevo contando una más de mis experiencias, en este caso unas totalmente nuevas que decidí hacer para salir de la rutina.

Para los que no me conocen, soy Sofía, tengo 28 años, estoy felizmente casada con un hombre 5 años mayor que yo. Tenemos una vida normal, en todos los aspectos y aunque en lo sexual hemos dado paso a experiencias radicales, la verdad es que estamos muy agusto.

Me considero atractiva, 1.65, morena clara, cabello castaño largo hasta el pecho, 60 kilos, ojos oscuros redondos y grandes, facciones finas de la cara como nariz puntiaguda y labios delgados, cuello largo, 34b de busto, nunca poseí una cintura muy marcada ni trasero grande pero si voluminoso y buenas piernas.

La vida sexual con mi esposo es muy buena y hacemos esos encuentros con otros hombres donde me convierto en prácticamente una escort de lujo, en relatos anteriores estan algunas de esas experiencias, pero de un tiempo acá comencé a perderle gusto ya que se ha convertido en lo mismo así que pasaba días tratando de encontrar alguna actividad que le pusiera más sazón a este aspecto de nuestras vidas. Le compartí este sentir a Mario y entre los dos pensamos ideas, desde juguetes, ser escort para viajes, hacerlo en la calle, etc. Pero la verdad esque nada me llamaba tanto la atención hasta que un día cuando terminé el servicio del relato anterior (Presencié mi negociación), se me ocurrió que este tipo de experiencias las podría encontrar en la calle, mi pensamiento fue: "a una mujer casi siempre habrá hombres que nos querrán hacer el favor". La idea era salir a zonas de la ciudad con transito mediano donde podría encontrar hombres que quisieran pasarla bien, el problema era la seguridad, me daba mucho miedo pero de solo pensarlo mi aderenalina ya estaba al mil, todo lo que había vivido en los encuentros me ponía en una situación donde ya no tenía tanto miedo de ciertas situaciones aunque bien sabía los riesgos.

Tomé una decisión, decidí pedir una oportunidad en un lugar de citas en una parte escondida de la ciudad, cerca del aeropuerto con muy pocas casas llena de quintas y bodegas industriales, simplemente no me animaba a caminar por las calles sin rumbo entonces sería un poco más seguro y aparte tendría "pretexto" de caminar un poco con cierto aspecto en las inmediaciones del lugar, pediría el transporte desde mi casa y me dejaría a unas cuadras del lugar para poder tener un poquito de esa experiencia.

El lugar era perfecto, limpio y no muy grande, no había ningún tipo de prestación para las muchachas que ahí trabajaban, yo no cobrara directamente así que solo se me daría cierto porcentaje de cada cliente, estaba bien para mi, yo no estaba ahí por el dinero. La persona que me recibió me cuestionó: "haber chamaca, ¿segura que quieres trabajar aquí? no te ves de este tipo de lugares pero allá tu", yo le contesté que tenía necesidad y que solo era temporal, para efectos del "trabajo" me hice llamar Paloma.

Mi hora era a las 9 pm, ...